
La asfixia, de Ana Isabel Bustamante Cruz. Esbilla.
Las vidas de Marona, de Anca Damian. Sección Oficial.
La hija de un ladrón, de Belén Funes. Pase Especial.
La asfixia, de Ana Isabel Bustamante Cruz. Trailer.
Después de casi una semana de festival, pisamos por primera vez los Cines Yelmo para asistir al pase de La asfixia, documental que supone el debut como realizadora de la guatemalteca Ana Isabel Bustamente Cruz y que forma parte de la sección Esbilla del FICX. La película es la indagación personal y moral que realiza su directora tratando de reconstruir y restituir la imagen de su padre (Emil Bustamante), desaparecido a manos de las fuerzas militares de Guatemala el 13 de febrero de 1982, en los últimos días del gobierno del general Romeo Lucas-García y antes de que se produjera el nacimiento de la propia autora. A pesar de las escalofriantes cifras de muertos y desaparecidos en los diferentes golpes de estado y gobiernos militares sufridos por el país centroamericano a lo largo de su historia, posiblemente los conflictos de Guatemala hayan sido de los menos tratados por el cine. La asfixia es un filme modesto en sus medios pero atrevido en su contenido, aunque nos escatime algunos testimonios en los que la directora suprime el sonido por, dice, no poder soportar la dureza de esas palabras. Nos hubiera gustado mucho quedarnos al coloquio posterior a la proyección pero que se programara a las 17:45 y no a la hora habitual de las 17:00 nos hizo salir a uña de caballo hacia el Teatro Jovellanos.
Las vidas de Marona, de Anca Damian. Trailer.
La producción francesa Las vidas de Marona, dirigida por la cineasta rumana Anca Damian, también presente en Gijón para presentar su trabajo a los espectadores del Jovellanos, es un filme de animación cuya voz narradora corresponde a la perrita del título, que cuenta en flash-back la historia de su vida. En la primera secuencia ya asistimos a su muerte por atropello, por lo que no sorprende que el tono general que sigue a continuación sea más trágico que cómico. En sus rótulos iniciales se indica que está destinada a todos los públicos, especialmente a la infancia, pero esto último quizá habría que cogerlo con pinzas, salvo que se desee traumatizar más de lo necesario a los infantes en cuestión. Las vidas de Marona tiene una animación expresionista que se preocupa menos por el trazo del dibujo que por enfatizar aquello que quiere contar y que es básicamente el reflejo de los estados de ánimo por los que pasa la protagonista con los diferentes amos con los que convive a lo largo de su agitada existencia.
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Desde hace ya más de veinte años el Festival de Cine de Gijón realiza una colaboración con la tertulia feminista Les Comadres y en esta ocasión la cinta seleccionada para tal fin ha sido La hija de un ladrón, primer largometraje de la joven realizadora catalana Belén Funes y con la que su protagonista, Greta Fernández, ganó hace unos meses el premio de Mejor Actriz en el Festival de San Sebastián. La hija de un ladrón es la continuación del corto Sara a la fuga, que Funes estrenó en 2015, con el protagonismo entonces de Dunia Mourad. Ahora seguimos a Sara en su intento de salir adelante con su bebé, compartiendo piso de los servicios sociales, luchando por conseguir un empleo estable y también la custodia legal de su hermano menor. Docudrama hiperrealista, La hija del ladrón sumerge al espectador en su historia gracias al gran trabajo de la pareja Eduard-Greta. Otra cosa es que apetezca pasar por la experiencia.
La hija de un ladrón, de Belén Funes. Trailer.
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