Ida, de Pawel Pawlikowski. Sección Oficial.
Pelo Malo, de Mariana Rondón. Gran Angular Ficción.
The Congress, de Ari Folman. AnimaFICX.
Sequence, de Carles Torrens. La Noche Innombrable.
Killer Joe, de William Friedkin. La Noche Innombrable.
Una maratoniana sesión de cine en cantidad pero no así en calidad para la primera jornada completa de festival por este año. Parecía una selección bastante obvia entre las opciones del programa para el día de hoy, pero sólo la última de ellas mereció el tiempo y la paciencia.
Ida, de Pawel Pawlikowski. Trailer.
Pawel Pawlikowski, reconocido director polaco afincado en Inglaterra que ha pasado por el
Festival de Gijón en varias de sus ediciones anteriores (ganador con
The last resort en 2000, retrospectiva en 2007 y clausura en 2011), concursa este año en la
Sección Oficial con su último trabajo,
Ida, película rodada en blanco y negro y ambientada en los años sesenta de su Polonia natal. Es una historia acerca de una joven novicia huérfana que sale del convento antes de tomar los votos para conocer a su tía Wanda Gruz, única familiar que le queda en la vida. Emprenden ambas la búsqueda de los restos mortales de los padres de la joven y el espectador con ellos la del aburrimiento y el tedio.
Pawlikowski, habitualmente un narrador dotado e inquietante, es aquí coñazo e insoportable y convierte en excesiva la duración de una película que apenas llega a la hora y media de metraje. Las interpretaciones de las dos protagonistas son tan frías y desangeladas como todo el conjunto y hacen de
Ida, que partía con altas expectativas, la primera decepción notable del certamen.
Igualmente decepcionante es la venezolana
Pelo Malo, escrita y dirigida por
Mariana Rondón. A partir de un argumento imposible (un niño que quiere tener
el pelo liso como los cantantes), la película obtuvo recientemente la
Concha de Oro en el festival de
San Sebastián, un hecho que hacía albergar esperanzas sobre los méritos del filme pero que se esfuman rapidamente.
Pelo Malo acierta a la hora de retratar el ambiente en el que viven los personajes, la ruina física y moral del entorno está descrita por la cámara de
Rondón de forma brillante pero, en cuanto a los personajes, todos ellos sin excepción son desagradables, antipáticos y resulta imposible sentir cualquier empatía por ellos, por lo que pasado un tercio del metraje uno sólo desea que se ponga el punto final a sus andanzas. El mínimo conflicto argumental no avanza en ningún momento, lo poco que pasa es previsible y rutinario y no provoca ninguna reacción como no sea el hastío por tener que escuchar reiteradamente el puto
"Mi limón, mi limonero" de los cojones con el que nos castiga sin piedad la directora.
Pelo Malo forma parte de la sección
Gran Angular (aún duele el cambio de nombre), por lo que no puede optar aquí a premio alguno. De lo contrario ya sabemos cómo se las gastan los jurados en todas partes.
Pelo Malo, de Mariana Rondón. Trailer.
Robin Wright protagoniza The Congress, de Ari Folman
Tengo prejuicios sobre la animación, lo reconozco, y es difícil que entre a ver películas de este género por propia iniciativa, aunque al final suelan acabar gustándome. Eso hizo que me perdiera
Vals con Bashir en
Gijón 2008 para recuperarla tiempo después descubriendo una historia terrible contada de un modo novedoso y fascinante. Su director, el israelí
Ari Folman, lo es también de
The congress, presentada ayer en Gijón dentro de la sección
AnimaFICX.
Folman se ha ido a Hollywood para rodar la adaptación de un relato del polaco
Stanislaw Lem en el que ha mezclado animación con imagen real, para lo que ha contado con la presencia de
Robin Wright,
Harvey Keitel o
Paul Giamatti, entre otros nombres consagrados del cine norteamericano.
The congress es ambiciosa y excesiva y ello acaba jugando decisivamente en su contra. Si uno asiste con moderado interés al primer tramo de su osado argumento, en cuanto cambia al dibujo la cosa se tuerce irreversiblemente hasta niveles paroxísticos en una orgía psicodélica que se pretende apabullante y que lo único que consiguió conmigo fue sacarme muy lejos de la historia. Un relato, además, que parece tener múltiples desenlaces y hace interminables sus a todas luces excesivos ciento veinte minutos.
The Congress, de Ari Folman. Trailer.
La noche innombrable, presentada por el periodista
Jesús Palacios, habitual colaborador del festival gijonés desde hace muchos años, traía incorporada esta edición la sorpresa de no desvelar el título de la película a proyectar. No obstante, la pista publicada en el periódico oficial del certamen el día anterior no dejaba mucho lugar a la duda sobre la misma.
Antes del pase de
Killer Joe, dirigida por el oscarizado
William Friedkin, otrora gran esperanza del cine americano de los setenta, se proyecto el corto
Sequence, del cineasta barcelonés
Carles Torrens, un ingenioso y brillante ejercicio de estilo, de impecable factura técnica, bien planteado, desarrollado y concluido, acerca de la paranoia colectiva que sufren los habitantes de un pequeño pueblo al tener un terrorífico sueño común. En cuanto al filme de
Friedkin, rodado hace ya dos años pero todavía inédito en España, es la adaptación de la obra teatral de
Tracy Letts que supone una mordaz y salvaje caricatura del profundo sur estadounidense, con hombres (muy) catetos y mujeres golfas, que se ven envueltos en un turbio asesinato para cobrar un seguro de vida y que acaba como el rosario de la aurora. Un reparto de lujo (
Matthew McConaughey,
Emile Hirsch,
Juno Temple,
Gina Gershon y
Thomas Haden Church) para una cinta que provoca espanto y risas casi a partes iguales.
Killer Joe, de William Friedkin. Trailer.