jueves, 8 de septiembre de 2011

Érase Una Vez En América, de Sergio Leone



Érase una vez en América es la única película que he visto de Sergio Leone (1929-1989). A veces pienso que debería poner remedio a esa laguna cinéfila pero, por unas razones u otras, la pereza me puede y acabo pensando que es inútil, que es imposible que me pueda encontrar en su filmografía algo mejor que este que fue su testamento cinematográfico y que vi por primera vez en televisión, casi por casualidad, en una noche de viernes del año 1988. [Mi memoria es buena pero a veces vienen bien ayudas con éstas].

Recuerdo de entonces que publicitaron bastante la emisión de la película durante los días previos, incluso con imágenes violentas de cierto impacto que hoy serían impensables en una cadena de televisión generalista. En realidad hoy sería impensable la propia emisión en una cadena de televisión generalista de una película de casi cuatro horas de duración. 4 horas seguidas de Gran hermano, de Supervivientes o de Belén Esteban tienen un pase, pero de una película... completamente inconcebible.


Jennifer Connelly como la joven Deborah en Érase una vez en América

En mi caso no hacía falta mucha insistencia: Robert de Niro, gángsters, los años de la Gran Depresión, la Ley Seca, Nueva York... Sergio Leone construyó su película sobre un libro de Harry Grey titulado "The Hoods", escrito en 1952, y por cuyos derechos el director italiano luchó denodadamente desde que en 1967 mostrara por primera vez su interés por adaptarla. "La novela es autobiográfica, está firmada por Harry Grey, pseudónimo de un pequeño hampón llamado Aaronson, apodado Noodles y que en realidad se llamaba Goldberg. Lo que me atrajo de la este individuo fue su absoluta insignificancia, atravesó su época como un fantasma, y si él no hubiera escrito su historia no existiría. Nada que ver con los gángsters todopoderosos que el cine americano había reflejado hasta la saciedad. El libro está escrito a lo largo de los quince años que estuvo encerrado en Sing-Sing, para suerte suya, porque la Organización estaba buscándole para hacerle pagar que delatara a sus compañeros. Cuando fue puesto en libertad ya todo el mundo se había olvidado de él. En la redacción debió ayudarle su mujer, que es maestra de escuela, porque revela una gran ingenuidad literaria. Pero lo que importa en sus páginas son los hechos, las anécdotas, un verismo estremecedor". (La revue de cinema, Sergio Leone, junio de 1984). "Noodles" es precisamente el personaje que interpreta brillantemente Robert de Niro, antes de que su tardía y desmedida afición a las muecas y al histrionismo acabara lastrando la segunda parte de su carrera.

La película, que juega con flash-backs de hasta tres épocas distintas, arranca de forma tibia. Muestra parte de la violencia explícita que luego contendrá la cinta pero lo hace con una secuencia escasamente lograda en composición y atmósfera. Y el caso es que a Érase una vez en América le cuesta su buena media hora empezar a tomar forma. Pero cuando lo consigue entonces se hace gigante. Con su largo e inabarcable metraje es difícil mantener siempre el mismo nivel de brillantez pero cuando uno pueda pensar que éste decae, Leone consigue entonces otro de los grandes momentos de su obra. Seguramente la parte centrada en la infancia de los protagonistas sea una de las mejores de la película y uno acaba volviendo siempre al ese "Noodles" encerrándose en el cuarto de baño compartido de su decrépito edificio o espiando a Deborah en el bar de Fat Moe; a Peggy y su precoz talento para los negocios; al hambriento Patsy y su pastel de nata y cereza menguante; o a ese mítico plano de Dominic corriendo delante del grupo después de que termine con éxito el primer golpe del joven clan judío, imagen que también aparece en el propio cartel del filme.


El bizco, Patsy, Max, Noodles y Dominic por las calles de Nueva York

La historia de la banda adulta, con sus éxitos, sus fracasos y sus amistades tracionadas, serpentea junto a la historia de (des)amor nunca consumada entre "Noodles" y Deborah y finaliza con una secuencia antológica que pone en cuestión la fiabilidad de la narración y que sugiere de forma velada la posibilidad de que parte de la historia sea el sueño alucinógeno de su atormentado protagonista mientras mitiga sus penas en el fumadero de opio.

Érase una vez en América se comercializó en DVD en España hace ocho años en una edición de lujo con 2 discos que, entre otras cosas, no respetaba el doblaje original del filme. Sólo hay algo peor que doblar una película y es doblarla dos veces con voces distintas. En estos casos, a los responsables habría que matarlos también dos veces.



Érase una vez en América en www.zonamoebius.com
Érase una vez en América en cineconcine.blogspot.com

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