jueves, 21 de septiembre de 2006

The Brown Bunny, de Vincent Gallo

The Brown Bunny

El polifacético actor Vincent Gallo debutó como director hace casi una década (antes había dirigido alguna rareza invisible) con un más que estimable trabajo titulado Buffalo 66. Película inscrita en el siempre agradecido ámbito del cine independiente norteamericano, esta ópera prima mostraba a un director interesante con un futuro prometedor.

Desgraciadamente, ese futuro se tornó negro negrísimo cuando hace tres años Gallo presentara en el Festival de Cannes su siguiente trabajo tras las cámaras. The Brown Bunny quizá supusiera un gran esfuerzo para su autor que, además de director, firmaba los créditos también como productor, guionista, director de fotografía, montador, al mismo tiempo que protagonizaba la película, pero más esfuerzo supone para el espectador asistir a este despropósito filmado.

Con un argumento inexistente, Vincent Gallo ofrece hora y media de nada en celuloide. Gallo interpreta aquí a un piloto de motos que tras acabar una carrera emprende un viaje por carretera de cinco días hasta California, donde tiene la siguiente prueba. Su recorrido se ve salpicado por los recuerdos de la mujer que ha abandonado. Mientras tanto, recibe continuas propuestas sexuales de todas las chicas que salen a su paso, demostrando así el indudable atractivo que el narcisista actor-director considera poseer.

Interminables planos de carretera, interminables silencios, interminable película al fin y al cabo que pone constantemente a prueba la paciencia y el aguante del espectador que, finalmente, asiste a la aparición del personaje de Chloë Sevigny para protagonizar ese momento-escándalo del que ha vivido el filme desde el momento de su estreno.

Pero, desgraciadamente, tras ese escándalo no hay sino la confirmación de que Vicent Gallo como autor cinematográfico no parece tener nada más que decir y que con Buffalo 66 agotó su pobre discurso casi al mismo tiempo que lo empezaba.

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