domingo, 2 de diciembre de 2007
45 Festival Internacional de Cine de Gijón - Clausura
La selección de los miembros del jurado de un festival es un tema de una importancia en ocasiones infravalorada. Al fin y al cabo será ese jurado, con sus premios otorgados, quien se encargue de elegir aquellas películas que pasarán a relacionarse para siempre con el certamen y dependerá de lo atinado del palmarés el que esa relación sea más o menos afortunada.
Este año se anunciaba la presencia de Mychael Danna, el genial compositor de bandas sonoras tales como El Dulce Porvenir, pero el canadiense causó baja no explicada, por lo que la relación final de integrantes del Jurado Internacional se vio reducida al norteamericano Hal Hartley (director de filmografía irregular y que ha conocido tiempos mejores), las españolas Verónica Sánchez (actriz descubierta en Los Serrano) y Roser Aguilar (nueva realizadora con sólo un largometraje como bagaje) y el argentino Martín Rejtman. No puede decirse precisamente que hayan estado muy lúcidos a la hora de repartir premios, empezando por la ganadora, siguiendo por el de mejor dirección y acabando por los injustos olvidos.
Joaquín Reyes y Ernesto Sevilla clausurando el Festival
Help Me Eros es una película de aspecto visual muy cuidado pero con muchos agujeros temáticos y narrativos en su interior. Excesivo se antoja su primer premio por mucha selección veneciana o nombres de prestigio que adornen sus créditos. Podría (malamente) entenderse su presencia en lo alto del palmarés si la Sección Oficial no hubiese ofrecido un puñado de títulos bastante superiores al filme taiwanés, que no es el caso. Más delito tiene aún premiar el trabajo de dirección, verbenera y folclórica, de Aleksei Balabanov en Cargo 200, ejemplo precisamente de película echada a perder por un mal trabajo de dirección.
No he visto las películas de ninguno de los intérpretes premiados pero se antoja injusto, por ejemplo, el olvido de la magnífica Ellen Page de Juno, completamente despreciada por el Jurado Internacional y el FIPRESCI y merecedora en cambio de la distinción del Jurado Joven. También hubiesen merecido mejor suerte títulos como Interview, Hallam Foe, Grace Is Gone o Joe Strummer, todos ellos ausentes del palmarés. Es especialmente llamativo que A Very British Gangster haya sido considerado mejor documental que éste último pero no deja de ser coherente con el delirio general.
Marisa Paredes, premio Nacho Martínez
Conocidos los premiados desde última hora de la mañana del sábado, no había pues muchas sorpresas que esperar para la gala de clausura. Prologada brillantemente por un concierto de Pedro Vigil sobre temas del ausente Danna, Ernesto Sevilla y Joaquín Reyes fueron los responsables de conducir y amenizar una entrega de premios con notables deficiencias en la calidad del sonido y que supuso, entre otras cosas, un interminable desfile de banqueros y políticos como entregadores de premios, pudiendo comprobarse las grandes dificultades de algunos de ellos con el inglés. Por el escenario del Jovellanos fueron pasando algunos ganadores, muchos representantes de los mismos y también Marisa Paredes, distinguida con el premio Nacho Martínez que le entregó Fernando Lara.
Tras una inusualmente larga ceremonia y con el intervalo de tiempo justo para evitar los problemas de la inauguración, se proyectó la película Eagle vs. Shark, un magnífico filme escrito y dirigido por Taika Cohen que elevó varios enteros la media de estas ocasiones. Eagle vs. Shark es una comedia de tono ácido protagonizada por personajes delirantes en el umbral de lo posible pero tratados con cariño por un guión ajustado, una dirección siempre eficaz y un montaje y duración precisos.
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