sábado, 8 de mayo de 2010

Dexter



Dexter, serie de televisión creada por James Manos Jr., inició su emisión en el canal de pago norteamericano Showtime el 1 de octubre de 2006, logrando una audiciencia media durante su primera temporada de 0,9 millones de espectadores. Desde entonces, su seguimiento no ha parado de crecer, llegando hasta los 1,7 millones de media. El capítulo final de la cuarta temporada, última emitida hasta la fecha, fue visto por 2,6 milones de espectadores, convirtiéndose de esta forma en el episodio de una serie original más visto en toda la historia de la cadena. Aun siendo los datos de las audiencias televisivas escasamente fiables, y más en estos tiempos donde las series de televisión se consumen de múltiples maneras que casi nunca incluyen la propia televisión, el dato incremental de la audiencia resulta realmente sorprendente por cuanto invierte la tendencia habitual de la que no consiguen escapar ni series tan populares como Perdidos.

¿Qué hace entonces a Dexter tan especial para seguir ganando adeptos temporada tras temporada hasta haber casi doblado su audiencia inicial? Empecemos por el principio. La serie se basa libremente en los personajes creados en la novela Darkly Dreaming Dexter, de Jeff Lindsay. Dexter es Dexter Morgan, un forense especialista en sangre del Departamento de Homicidios de la policía de Miami (Miami Metro Police Department). Es un profesional brillante en su trabajo; mantiene una relación sentimental con una atractiva mujer divorciada; es un encantador y responsable padre-amigo para los dos hijos del matrimonio anterior de su pareja y tiene una hermana menor, también policía, para la que es un atento confidente. Lo que hace especial al personaje es que, además de todo lo anterior, también es un eficaz e implacable asesino en serie.



Siendo un bebé, Dexter fue rescatado de un contenedor tras haber pasado cuatro días junto al cuerpo ensangrentado de su madre muerta. Harry Morgan, el policía que lo encontró, lo tomó en adopción y, pasados los años, descubrió antes que nadie las tendencias psicóticas y potencialmente homicidas de Dexter, por lo que procuró encauzar su necesidad imperiosa de matar y reconducirla hacia unos objetivos concretos. Así las cosas, y siguiendo lo que en la serie se ha dado en llamar "El código de Harry", Dexter Morgan "sólo mata a los malos".

Con estas premisas esquemáticas, es lógico pensar que la serie camina en muchas ocasiones por una delgada línea moral con riesgo evidente de caer en cierta apología de la violencia "bien entendida", del "ojo por ojo" y del "tomarse la justica por su mano". Pero, al mismo tiempo, vivimos en la sociedad de lo políticamente correcto y lo que sirvió hace 30 años para Clint Eastwood o Charles Bronson no serviría para Dexter. Los guionistas se esfuerzan capítulo a capítulo en marcar diferencias y recalcar la idea de que Dexter Morgan es un enfermo, un psicópata y un asesino, y que lo que hace "fuera de su horario laboral" no está bien. Incluso la figura paterna y sus discutibles métodos es continuamente puesta en cuestión a partir de cierto momento de la serie, por lo que "el código" deja de ser un justificante válido para todos los actos sangrientos del protagonista.


En cualquier caso, todo lo contado hasta aquí sirve para vender el episodio piloto o para que luminarias como Rosa Montero escriban en el diario El País una columna tan llena de idioteces como ésta, pero no para mantener el interés de una serie durante cuatro temporadas completas y con una quinta en camino, una vez parece que superados los problemas de salud del actor protagonista. Dexter triunfa sobre todo en el dibujo de ambientes, de escenarios y de personajes. Además de por el eficaz Michael C. Hall, encarnando al propio Dexter Morgan, la serie está interpretada por Julie Benz, en el papel de la abnegada Rita Bennett; Jennifer Carpenter, como la hermana en la ficción (y esposa fuera de ella) de Dexter; Lauren Vélez, como la teniente María LaGuerta; David Zayas, como el inspector (y futuro sargento) Ángel Batista; C.S. Lee, como Vince Masuka, el compañero en tareas forenses del protagonista principal, o James Remar, en el papel -casi siempre onírico- de Harry Morgan. Todos estos papeles están bien dibujados desde el guión y solventemente interpretados por el brillante elenco de actores que también incluye, como presencias destacadas en las diferentes temporadas, a Mark Pellegrino (Paul Bennett), Keith Carradine (agente especial Frank Lundy), Jimmy Smiths (Miguel Prado), Jesse Borrego (George King) o John Lightgow (Arthur Mitchell).

La ciudad de Miami juega también un papel fundamental en el desarrollo de la serie. Desde las zonas pantanosas habituales en la región hasta la bahía en la que Dexter suele deshacerse por la noche de sus víctimas, pasando por su apartamento de soltero y la casa de Rita y los niños, todos los ambientes están recreados brillantemente por la fotografía de colores y tonos cálidos obra de Romeo Tirone. Por último, la música de Daniel Licht también merece un lugar destacado entre las alabanzas, lo mismo que los fantásticos títulos de crédito, obra de Digital Kitchen y ganadores del Emmy en 2007.

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