domingo, 27 de noviembre de 2011

49 Festival Internacional de Cine de Gijón (Clausura)



The woman in the fifth, de Pawel Pawlikowski. Sección Oficial. Clausura.



Otra edición más del Festival de Cine de Gijón que llegó a su fin y lo hizo con una gala de clausura presentada por Pepe Colubi, maestro de ceremonias residente en La Laboral, quien estuvo acompañado esta vez por la modelo y actriz gijonesa Blanca Romero. Si el año pasado a Paula Prendes le bastó con estar buena y ser de Gijón para justificar su presencia allí, lo mismo puede decirse ahora de la protagonista de After, que se limitó a leer con escasa gracia sus frases del guion, presentar el premio de turno y meter la pata en innumerables ocasiones con la pronunciación, ya fuera en inglés, francés o latín, de los nombres de los galardonados. Suerte que a Colubi le sobran tablas en estos menesteres y de nuevo sacó adelante la tarea con buena nota. La Casa Real volvió a ser la protagonista de sus chistes, en especial el raro accidente doméstico sufrido recientemente por el monarca, así como el cambio electoral del pasado domingo. Previa a la aparición de los presentadores y de los premiados, el colectivo Plataforma, integrado por Filmfoto y por los músicos Ramón Prada y Komatsu, ofreció un espectáculo en directo de música e imágenes que no resultó especialmente afortunado.

En lo que se refiere a la entrega de premios, el argentino Santiago Mitre subió hasta en tres ocasiones al austero escenario del Teatro de La Laboral para recoger los recibidos por su multipremiada El estudiante. Ganadora ex aequo (una curiosa forma de leerlo la de Blanca Romero), junto a la francesa La guerre est déclarée, del Premio del Jurado Internacional, el reconocimiento oficial coincidió también con el del Jurado Joven, algo que no suele ser precisamente habitual en el certamen gijonés y que está vez fue bastante justo y coherente. Menos justo y menos coherente fue el premio de Mejor Director para Ruben Östlund por la abominable Play. En el resto no hubo demasiadas sorpresas. Tomboy, como estaba cantado, se alzó con su más que merecido Premio Rellumes y nada que objetar a los premios de interpretación para los dos excelentes protagonistas de La guerre est déclarée.


Como ya es tradicional en el Festival de Gijón desde hace unos cuantos años, se entregó también el Premio Nacional de Cinematografía Nacho Martínez, que recayó en este caso en el director Montxo Armendáriz, autor de algunos títulos tan destacados como Tasio o Secretos del corazón y también de otros bastante menos afortunados como Obaba o No tengas miedo. El veterano cineasta navarro recordó entrañablemente la figura del fallecido actor mierense y mostró sus buenos deseos al equipo organizador del festival ("tiene todo mi apoyo y ojalá no exista ningún tipo de recorte ni elemento que pueda perjudicarle"), algo que también hicieron los miembros del Jurado Internacional a través de su portavoz Fernando Lara.

La ceremonia se cerró con la proyección de la película The woman in the fifth, último trabajo del director polaco afincado en Francia Pawel Pawlikowski, ganador en Gijón en el año 2000 con su filme Last Resort y protagonista de una completa retrospectiva en la edición de 2007. The woman in the fifth es la adaptación de la novela de Douglas Kennedy del mismo título y muestra el inquietante descenso a los infiernos de su protagonista, un escritor americano que lucha por poder estar con su pequeña hija, en un atípico París, claustrofóbico y agobiante. Interpretada solventemente por Ethan Hawke, la película juega con elementos fantásticos para mostrar el progresivo deterioro de la salud mental del personaje central y no alarga su metraje más de lo necesario. Es pausada, irregular y por momentos resulta hasta brillante, aunque quizá su tono no sea el más apropiado para cerrar un festival.


Kristin Scott-Thomas y Ethan Hawke protagonizan The woman in the fifth

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