domingo, 24 de noviembre de 2024

62º Festival Internacional de Cine de Gijón (Clausura)



Imperial princess, de Virgil Vernier. FICX Premiere.
Le roman de Jim, de Arnaud Larrieu y Jean-Marie Larrieu. Albar.



Imperial princess, de Virgil Vernier

El Festival de Cine de Gijón cerró su sexagésimo segunda edición anunciando su palmarés a media mañana del sábado. Para sorpresa de casi nadie, Hang Sang-soo ganó por tercera vez la competición oficial del FICX. Es conocida mi opinión sobre los filmes del realizador coreano, pertinazmente presentes en Gijón desde 2013, por más que él nunca haya pisado la ciudad. Más sentido tuvieron para mí los premios de Mejor Director para el alemán Matthias Glasner por la estupenda Dying o el de Mejor Actor para el guineano Abou Sangare por la igualmente excelente L'histoire de Souleyman. Del resto de títulos premiados este año poco o nada puedo decir porque no los vi, excepción hecha del Premio del Jurado Joven concedido a la japonesa River returns. El Premio del Público recayó en Le roman de Jim, que tenía apuntada para la matinal del viernes pero que descarté porque ya no tenemos edad para dos madrugones tan seguidos (misma razón por la que descarté la finlandesa Silent trilogy, película de clausura del festival, programada para las 9 de la mañana del último día, pese a durar tan solo 60 minutos). Pero como las entradas para las tres sesiones de la noche del sábado en los Ocine estaban agotadas y además me dolía haberme perdido Le roman de Jim, hice un cambio de última hora para encajar la película de los hermanos Larrieu, a costa de sacrificar To a land unknown. Y creo que no me equivoqué del todo.

Eso sí, el primer título de la tarde fue Imperial princess, en la Antigua Escuela de Comercio. Imperial princess es un mediometraje que no alcanza ni los cincuenta minutos de duración, aunque habríamos salido ganando si no hubiera alcanzado los cinco. A modo de grabación casera cutre, el realizador francés Virgil Vernier autorretrata a una joven heredera rusa que se ha quedado sola en Montecarlo cuando su padre oligarca ha tenido que salir por patas.

La cinta, que se cierra con unos cuantos coches de alta gama haciendo el cabra por el circuito de Mónaco, supongo que intenta ser un retrato de la soledad de su acaudalada protagonista en su mundo de lujo y opulencia, pero es una chorrada tan banal y ridícula que consigue hacerse larga aun durando tan poco. Por supuesto, el público aplaudió atolondradamente con la misma intensidad que si hubiera sido una obra maestra.


Afortunadamente, el broche final del #62FICX fue bastante más satisfactorio. Le roman de Jim (La historia de Jim en su título español, cuyo estreno en salas está anunciado para el mes de abril del próximo año) ha sido uno de los filmes más disfrutables vistos durante estos nueve días, aunque su forma y fondo se alejen notablemente (para desgracia de quien esto escribe) de la línea más independiente y alternativa del certamen gijonés.

Es una historia profundamente emotiva que bucea sin pudor en las aguas del melodrama pero lo hace siempre con una contención admirable, a pesar de la enorme fuerza de su historia de paternidad e infancia truncadas, que se extiende durante más de dos décadas.

Primorosamente rodada y con una conmovedora interpretación de su protagonista masculino, Karim Leklou, La roman de Jim posee un encanto y una ternura desbordantes, capaces de poner a prueba hasta al más cínico de los espectadores.


Le roman de Jim, de Arnaud Larrieu y Jean-Marie Larrieu. Trailer.

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