miércoles, 4 de octubre de 2006
United 93, de Paul Greengrass
Pasados cinco años del ataque terrorista que culminó con el desplome de las Twin Towers del World Trade Center de Nueva York, la industria del espectáculo ha dado finalmente luz verde a los filmes que abordan tan desgraciado acontecimiento. Hasta el momento, sólo la película de episodios 11'09"01 había tocado, en ocasiones muy tangencialmente, los ataques terroristas del 11-S. Sin embargo ahora, con apenas dos meses de diferencia, se han estrenado dos títulos que comparten similar temática.
Mientras que World Trade Center se anuncia como la gran superproducción de Hollywood, con el habitualmente megalómano Oliver Stone al frente, United 93, de Paul Greengrass, se ha vendido como la visión independiente y más modesta de la tragedia, recibiendo desde su estreno numerosos parabienes y alabanzas.
Paul Greengrass se centra en la historia del United 93, el único de los cuatro aviones secuestrados el 11 de septiembre de 2001 que no logró alcanzar su macabro objetivo y acabó estrellándose en Pennsylvania sin que hubiera supervivientes. La película reconstruye casi en tiempo real los fatídicos sucesos de esa mañana desde diferentes puntos de vista. Durante la primera hora, Greengrass se centra en el ambiente de caos de los controladores aéreos y la incapacidad de todos los mandos para tomar decisiones ante la magnitud de los hechos que estaban viviendo. Posteriormente, la película se centra -dejando bastante margen a la especulación- en la experiencia viviva por terroristas y pasajeros a bordo del avión que da título al filme.
Filmada con actores escasamente populares, el planteamiento de United 93 resulta más que correcto pero la realización dista mucho de serlo. La recreación del caos inicial que filma Greengrass es casi tan caótica como la propia realidad que muestra debido a esa odiosa y muy extendida manía de construir planos ultrarápidos que consiguen atosigar y agotar al espectador. Al mismo tiempo, la película resulta excesivamente fría y no consigue implicar al espectador ni aportar nada que se aparte ni un poco de un guión que, tristemente, todos nos sabemos ya de antemano.
Lo cierto es que United 93 se enfrentaba a un reto enormemente difícil. Pero los resultados logrados por Greengrass, sin llegar a arruinar por completo el filme, están lejos de constituir la presunta obra maestra que algunos han señalado.
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