martes, 3 de octubre de 2006

El Espíritu De La Colmena y El Sur, de Víctor Erice


La obra cinematográfica de Víctor Erice es probablemente la más peculiar de todo el cine español. Desde que se estrenara su primera realización, El Espíritu De La Colmena, hace más de 30 años, apenas ha dirigido dos largometrajes más. Pero sólo por sus dos primeros trabajos, su nombre ya merecería pasar a la historia como uno de los mejores directores de nuestro cine.

El Espíritu De La Colmena partió de un guión escrito a medias con Ángel Fernández-Santos y en su momento obtuvo la Concha De Oro a la Mejor Película en el Festival de San Sebastián. Por encima de los premios, siempre tan relativos, la película es una estupenda recreación del universo infantil a través de los ojos de la entonces niña Ana Torrent. La fotografía, siempre tan importante en la obra de Erice, refleja de forma inmejorable los días de la posguerra civil en un pueblo de la meseta castellana en cuyo cine proyectan Frankestein, historia con la que establece un mágico paralelismo.

El Espíritu De La Colmena es una película de silencios, de leves gestos y de miradas, que va entretejiendo su discurso con un ritmo pausado que sería inconcebible en los tiempos presentes. Se apoya para ello en el sólido trabajo de los actores adultos, Fernando Fernán Gómez y Teresa Gimpera, pero sobre todo, en el de las niñas protagonistas, la anteriormente citada Ana Torrent e Isabel Tellería, autoras también de los dibujos de los títulos de crédito del inicio.

El único pero que cabría ponerle a esta extraordinaria ópera prima sería un cierto tono críptico en su narración, que en ocasiones se vuelve excesivamente premiosa. Pecados disculpables si uno piensa en los ojos de Ana Torrent mirando a ese tren que atraviesa el desolado paisaje mesetario que iniciaba sin saberlo los cuarenta años de paz.

Todos los (pequeños) fallos que pudiera tener El Espíritu De La Colmena fueron subsanados por Erice con su siguiente realización. Tuvieron que pasar diez años antes del estreno de El Sur, adaptación de un relato corto de Adelaida García Morales, por entonces pareja sentimental del director. En El Sur, Víctor Erice retoma los mismos temas apuntados en su debut pero demuestra haber adquirido mayor conocimiento del medio y mayor soltura como narrador.

Otra vez se repiten personajes y escenarios, otra familia que encierra un secreto que se nos va revelando poco a poco a través del filtro de la infancia. Ahora es una única niña en dos edades diferentes e interpretada por dos actrices distintas, Sonsoles Aranguren e Icíar Bollaín. Ambas están insuperables. En medio, otra vez las viejas heridas de la guerra civil -la película está ambientada en 1957- y los conflictos familiares.

Más clara en su narración que El Espíritu De La Colmena, con un magnífico trabajo fotográfico de José Luis Alcaine y Alfredo Mayo, El Sur alcanza por momentos la perfección cinematográfica y encumbra definitivamente a los altares de la gloria fílmica a Victor Erice que, sin embargo, no volvería a dirigir un largometraje hasta El Sol Del Membrillo, fechado hace ya más de catorce años y último hasta el momento en su, corta en número pero enorme en talento, filmografía.

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