Plan Oculto, de Spike Lee

Lejos quedan ya los tiempos en que Spike Lee era una voz pujante entre la comunidad afroamericana y su cine, airado y militante, exponía unas temáticas originales a lo largo de varios títulos de prestigio inmediato como Haz Lo Que Debas o Cuanto Más, Mejor. Tras esos inicios prometedores, quizá parcialmente lastrados por su vena sermoneante pero indudablemente atractivos, Lee ha ido perdiendo fuerza progresivamente como predicador de su raza y ha tratado en los últimos años de ganar eso que se llama oficio y demostrar su versatilidad realizando muestras de cine de género, en su caso el thriller más o menos de acción.

Después de La Última Noche, su última realización vista aquí, este año Spike Lee ha estrenado en España Plan Oculto, una película que empieza estupendamente, que mantiene la tensión durante buena parte de su finalmente extenso metraje, pero que acaba por resultar enteramente decepcionante por culpa de una resolución atropellada y fallida que arruina buena parte de sus méritos anteriores al revelar su conclusión lo endeble de un guión que hace aguas precisamente en el momento menos apropiado para naufragar.

Dalton Russell (Clive Owen) es un presunto atracador de bancos que parece querer dar el golpe perfecto en la sede central del Manhattan Trust Bank. Tras hacerse fuerte junto con su banda tomando como rehenes a los clientes de la sucursal y realizar las peticiones típicas de estos casos a la policía, dirigida por el inspector Keith Frazier (Denzel Washington), las cosas empiezan a no ser lo que parecen y director y guionista explotan esa ambigüedad durante buena parte del tramo central del filme, pero la resolución se demora excesivamente y frustra esa ambigüedad en un final chapucero con una pueril resolución del enigma.

Lo peor de este presunto paso a la comercialidad de Spike Lee (llevan diciendo esto desde los tiempos de Jungle Fever) es que directores solventes para hacer películas de acción podrían encontrarse varias docenas -bueno, quizá no tantos- pero, en cambio, realizadores que hayan forjado una filmografía tan personal y coherente como la de Spike Lee en sus inicios no tantos y no sería deseable que tal coherencia personal se perdiese. Y menos aún si lo que se obtiene a cambio son fallidos trabajos como este Plan Oculto.