jueves, 3 de septiembre de 2009

Millennium 1, de Niels Arden Oplev

Millennium 1:
Los hombres que no amaban a las mujeres
(Män som hatar kvinnor)
,
de Niels Arden Oplev. 2009. ★★★★★

04/07/2009. Kinépolis.

Millennium, del sueco Stieg Larsson, constituye uno de esos casos de éxito editorial desmesurado que inmediatamente despiertan las lógicas suspicacias. Libros de consumo masivo para la gente que no lee. Siempre queda la duda de saber si lo que atrapa a las masas es el talento o sólo el marketing y, por regla general, el intentar comprobarlo suele suponer confirmar desgraciadamente lo segundo.

Los hombres que no amaban a las mujeres, imposible título español del primer volumen de la trilogía (que tras la muerte de su autor debería quedarse ahí, en trilogía, salvo que los ideólogos del negocio den con la fórmula mágica para seguir exprimiendo el botín), aparece en los cines con una adaptación curiosamente localista y que no parece haber cedido a la peligrosa tentación de la superproducción. Apenas hay caras conocidas para el público internacional y los productores parecen jugárselo todo a la base literaria y al previsible desembarco masivo en las taquillas del público lector. Pero la apuesta parece muy arriesgada por cuanto la historia que al final viene a contar el señor Larsson es auténtico material de derribo que no desentonaría como argumento de telefilme casposo de los que inundan (o inundaban, en la era pre-Belén Esteban) las sobremesas catódicas.

Con un punto de partida levemente prometedor, el filme dirigido por Niels Arden Oplev cae pronto en un tono de mediocridad inofensiva. La pretérita desaparición de una joven y el recuerdo floral que anualmente le llega a su tío-abuelo hacen que éste contrate los servicios del atrevido periodista Mikael Blomkvist, al que posteriormente se le unirá Lisbeth Salander, improbable personaje que acabará finalmente por convertirse en la gran baza de la saga literaria. Los ordenadores nunca han quedado bien en el cine, menos en las historias de investigación y menos aún si éstas tienen un trasfondo pseudohistórico con nazis de por medio. Los hombres que no amaban a las mujeres no es una excepción y el proceso detectivesco del filme es tan pueril y chapucero como acaba por ser la propia resolución, coronada con todos los defectos habituales más alguno de cosecha propia. El éxito comercial de Los hombres que no amaban a las mujeres ha sido más bien discreto pero posiblemente eso no supondrá ningún obstáculo para que sigan apareciendo las sucesivas adaptaciones del resto de volúmenes de la trilogía y quién sabe si alguna entrega más por cortesía de algún guionista decidido a prolongar el reinado póstumo del escritor sueco.

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