viernes, 20 de noviembre de 2009

47 Festival Internacional de Cine de Gijón (Día 1)



Soul Kitchen. Inauguración. Sección Oficial Fuera de Concurso.

Raquel Sánchez Silva y Juanma Castaño
Raquel Sánchez Silva y Juanma Castaño

Resultó extraño volver ayer a la Universidad Laboral tantos años después. No sé el grado de imperdonable abandonó que llegaría a sufrir en estos tiempos pasados pero, como antiguo alumno que fui del centro, su estado actual no creo que se corresponda con lo que debería ser y parece que todas y cada una de las decisiones tomadas para su reforma hubieran sido hechas por el más tonto de la clase. La proliferación del hormigón como elemento decorativo, la entrada de la biblioteca convertida en un chiringuito modernete, esos bancos de diseño que casan tanto con el entorno como un santo con pistola o los antiguos vestuarios reconvertidos en espacio académico cuando espacio es precisamente lo que sobra en el edificio, son sólo algunos ejemplos de los crímenes cometidos en el antiguo Centro de Enseñanzas Integradas. Y todo ello unido al hecho de que su perrofláutica infrautilización de ahora también resulta discutible y sorprendente.

El Teatro también ha sido objeto de reforma pero la lamentable proyección perpetrada anoche con la película inaugural, Soul Kitchen, del realizador turco-alemán Fatih Akin, también da pistas sobre la calidad de la misma. No es de recibo que en un festival internacional, después de todo un año de preparación, se alce el telón de semejante manera. En cualquier otra sesión hubiera sido lógico e imperativo que posteriormente se hubiera ofrecido la devolución del importe de la entrada al público, y no por el dinero sino por la imagen, pero tratándose precisamente de la gala de inauguración aún resulta más intolerable. Imagino que algún responsable habrá de este desastre y algunas cuentas tendrá que rendir. En la web del festival no hay ningún comentario al respecto y en la prensa local, una vez más, las referencias han sido mínimas, adoptando esa postura habitual de que si no se habla de las cosas es que no han pasado. Pero pasaron y que pase que durante un tercio de película ésta se vea desenfocada, que los subtítulos sean en ocasiones ilegibles o que se interrumpa dos veces la proyección pero no precisamente para arreglar el problema, es un chapuza absoluta y una tomadura de pelo en toda regla. Dicho queda.

Ángela Molina, Premio Nacho Martínez
Ángela Molina, Premio Nacho Martínez

Por lo demás, la presentación del certamen, de su jurado y de sus secciones fue conducida con brillantez por Juanma Castaño y Raquel Sánchez Silva. Castaño hizo gala de su presunta simpatía y aprovechándose de que jugaba en casa supo llevar al público a su terreno. El auditorio río las gracias sobre las butacas del Jovellanos (apunto que las de La Laboral no son mucho mejores y para ser de reciente creación parece que los diseñadores se olvidan de que la gente tiene cuello), sobre el carácter arriesgado del festival, sobre los periodistas deportivos o sobre la verborrea del presidente regional. Ágil y amena, la ceremonia fue notablemente superior al pequeño desastre de Estíbaliz Gabilondo del año anterior. Ángela Molina, recogiendo el Premio Nacho Martínez, protagonizó el momento más emotivo y aplaudido de la noche.

También estuvo presente en el escenario Fatih Akin, que agradeció al festival la retrospectiva que le dedica aunque deseó que su mejor trabajo esté aún por hacer. Con Soul Kitchen sin duda ha hecho uno bastante estimable, aunque en realidad la película sólo tiene de indie y alternativa su nacionalidad y sus intérpretes, porque su guión sería acogido con agrado en el mismísimo Hollywood y probablemente acabé allí en forma de remake. La historia de este griego que dirige un restaurante cutre en los arrabales de Hamburgo es previsible y convencional desde los primeros minutos (de hecho, la historia recuerda enormemente a Luna de Avellaneda, del argentino Juan José Campanella) pero también es divertida, cercana y enormemente disfrutable. Akin filma con brío, gusta del gran angular, de los movimientos de cámara llamativos y de la utilización estridente de la música, para terminar por crear un trabajo más que solvente. Y que además tenía en su contra a los elementos técnicos, así que debe ser incluso aún mejor de lo que parece.


Soul Kitchen. Trailer.

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