I'm Still Here, de Casey Affleck. Inauguración. Sección Oficial.
La cuadragésima octava edición del Festival Internacional de Cine de Gijón arrancó ayer en el Teatro de La Laboral y lo hizo, como es costumbre, con un prólogo musical que en esta ocasión corrió a cargo de Vinila Von Bismark & The Lucky Dados. El conjunto madrileño interpretó tres canciones ("Oh, baby", "I'll rob your soul" y "Where's my sugar?") a modo de anticipo de su concierto posterior en el Casino de Asturias. Algo más tapada de lo que en ella es habitual, la que fuera cantante del grupo Krakovia dio paso poco tiempo después al presentador de la gala de inauguración. El periodista Pepe Colubi subió al minimalista escenario de La Laboral y condujo con soltura y naturalidad una ceremonia breve y austera, con una introducción divertida que terminó incluso con una referencia a la reciente polémica futbolística entre los entrenadores del Real Madrid y el Sporting, atizada por la prensa, ("Como dijo François Truffaut: Preciado tiene razón, Mourinho ye un faltosu").
Quizá temorosos de que estos graves insultos al técnico portugués provocasen la actuación del Comité Antiviolencia y la reacción de Jorge Valdano, los homenajeados por el festival que subieron ayer al escenario (Johannes Nyholm, Reynold Reynolds y Kim Longinotto) y los representantes del Jurado Internacional (Rui Pereira, Ana Torrent y Pablo Stoll Ward) fueron extremadamente breves en sus intervenciones y la gala fue una de las más cortas que se recuerdan en los últimos años. Por último, la periodista de Radio Nacional Conchita Casanovas presentó el Premio Nacho Martínez, concedido en la presente edición a la actriz salmantina Charo López. Emocionada y muy aplaudida por los espectadores que llenaban el auditorio (de los que quizás el 10% había incluso pagado el precio de su entrada), la protagonista de agradeció a José Luis Cienfuegos, director del certamen, el haberse acordado de ella y expresó su deseo de volver a actuar pronto en el Teatro Jovellanos.
A finales del año 2008 comenzó a circular el rumor de que el actor Joaquin Phoenix había decidido retirarse de la interpretación y que su deseo era convertirse en cantante de hip hop. El dos veces nominado al Oscar comenzó a aparecer en actos públicos con una imagen desastrada y poco higiéncia, incluida una larga y desaseada barba que se convirtió en objeto de mofas varias, y que parecía mostrar a una persona desnortada y perdida. Al mismo tiempo también surgieron ya los rumores que decían que todo formaba parte de un montaje para una película documental que estaba rodando su cuñado, el también actor y director Casey Affleck. El pasado verano se estrenó en el Festival de Venecia I'm still here, resultado filmado de esta pretendida transformación del protagonista de En la cuerda floja. Pocas semanas después se anunció que todo se trataba en realidad de una gran broma y que el personaje que se muestra en el documental firmado por el menor de los Affleck no tiene nada de real.
Una vez despejado el interrogante que daba mayor sentido a la película y que, por otra parte, confirma la gran interpretación de Phoenix, cuya simulada autodestrucción física y moral podría terminar por proporcionarle una buena cantidad de galardones, I'm still here resulta un filme inclasificable que alterna momentos ridículos con algunos francamente divertidos, aunque definitivamente parece un título poco apropiado para el público habitualmente presente en la inauguración del festival y que en número abundante abandonó la sala durante el transcurso de la proyección. Quizá inspirada en otros experimentos fílmicos recientes de difícil catalogación, como los Borat y Brüno del actor inglés Sacha Baron Cohen, I'm still here se convierte por derecho en la mejor película de su propio género.
I'm Still Here. Trailer.
0 comentarios:
Publicar un comentario