domingo, 21 de noviembre de 2010

48 Festival Internacional de Cine de Gijón (Día 2)



Bungalow, de Ulrich Köhler. Una cierta idea de cine. La Escuela de Berlín.
Klassenfahrt, de Henner Winckler. Una cierta idea de cine. La Escuela de Berlín.


UNA CIERTA IDEA DE CINE. LA ESCUELA DE BERLÍN

"Distanciamiento emocional, naturalismo visual, perspectiva implacablemente realista. La gran virtud de los cineastas adscritos a la Escuela de Berlín se halla en su habilidad para mostrar las fisuras de lo cotidiano y en hacerlo de la manera más esencial posible"

Javier H. Estrada. Cahiers du Cinéma - España

El ciclo Una cierta idea de cine. La Escuela de Berlín, programado en la presente edición del Festival Internacional de Cine de Gijón, engloba una serie de películas facturadas por una nueva generación de cineastas alemanes que comparten unas mismas señas de identidad. La programación del certamen ofrecía en el día de ayer, en una jornada de lo más inclemente meteorológicamente hablando, la posibilidad de comprobarlo con la proyección de dos títulos, estrenados ambos en el año 2002. Bungalow, ópera primera de Ulrich Köhler, y Klassenfahrt, también primera realización de Henner Winckler, ofrecen numerosos puntos en común, tanto temáticos como estilísticos, en sus retratos generacionales de dos etapas de la juventud.


Trine Dyrholm en una imagen de Bungalow

Bungalow empieza con la cámara siguiendo a un camión militar lleno de soldados que se detiene en una estación de servicio. Es entonces cuando Paul, su joven protagonista, decide escaparse a la casa de sus padres, de vacaciones en ese momento por Italia. Una vez allí es sorprendido por la llegada de su hermano mayor con su novia danesa, una guapa aspirante a actriz. Sólo ésta parece sacar a Paul mínimamente de su indiferente indolencia.

La película, que ganó premios en el Festival de Cine Independiente de Buenos Aires (BAFICI) y también en el Festival de Tesalónica, se sigue casi con la misma desorientación que muestra su personaje central, cuya arbitraria conducta rebelde no siempre empatiza lo suficiente con el espectador. La desconcertante resolución de la historia tampoco consigue despejar todas las dudas sobre las auténticas pretensiones de lo narrado por Ulrich Kóhler.


Klassenfahrt, por su parte, es una coproducción germano-polaca que muestra a un grupo de adolescentes alemanes de viaje de estudios por la costa de Polonia y que fija su atención en la incipiente relación entre Isa, la chica guapa del instituto, y Ronny, el raro de la clase.

Los problemas de comunicación típicos de la edad complican la comunicación entre ambos y la aparición de un impulsivo lugareño interesado en la joven aumentarán la dificultad de la tarea de Ronny. Como si se tratara de la película de un Rohmer redivivo pero despojada de la mayoría de sus diálogos, Klassenfahrt encuentra en el naturalismo de sus interpretaciones su mejor baza, aunque no consigue desprenderse del todo de una molesta sensación de intrascendencia en sus pretensiones, por más que añada a la ecuación un golpe de efecto imprevisto que actúa a modo de catalizador de los sentimientos de sus dos protagonistas.


Bartek Blaszczyk, Sophie Kempe y Steven Sperling en Klassenfahrt

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