martes, 23 de noviembre de 2010

48 Festival Internacional de Cine de Gijón (Día 4)



Sehnsucht, de Valeska Grisebach. Una cierta idea de cine. La Escuela de Berlín.
brilliantlove, de Ashley Horner. Rellumes.



Sehnsucht. Trailer.

Después de dos jornadas completas más que dignas, la de ayer supuso el esperado contrapunto con dos títulos decepcionantes cuando no directamente fallidos. La alemana Sehnsucht, escrita y dirigida por Valeska Grisebach, ganó el Premio de Mejor Película y el Premio FIPRESCI en el Festival de Gijón 2006. Dadas las constantes meteduras de pata de los diferentes jurados que ha tenido el certamen gijonés a la largo de su historia reciente, uno no podía saber de antemano si esas credenciales del filme eran o no positivas. La cinta, ambientada en un cerrado entorno rural, arranca con su protagonista, Markus, socorriendo a los heridos de lo que parece ser un accidente automovilístico pero que en realidad se trata del intento (parcialmente frustrado) de suicidio de una pareja.

Posteriormente Markus, del que sólo sabemos apenas que está muy enamorado de su pareja, conoce fortuitamente a otra mujer y se establece a partir de entonces un triángulo sentimental que tal parece una precuela de Tuesday, after Christmas. Sin embargo Sehnschut despoja de diálogos su desnudo guion para recalcar de esta forma los problemas de comunicación de sus protagonistas y convierte en interminables sus escasos ochenta y cinto minutos a fuerza de estirar hasta una duración estándar una historia que no da para ello.


Presentada en los Cines Centro por su director y productor, el británico Ashley Horner, la pretendidamente poética y luminosa brilliantlove compite dentro de la Sección Rellumes y cuenta lo que intenta ser la historia de amor entre Noon y Manchester, una pareja formada por dos jovenes sin oficio ni beneficio que se dedican a copular intensivamente en el garaje en el que habita el segundo. En sus ratos libres Noon diseca pájaros y Manchester saca fotos de ambos en plena realización del acto sexual. De forma bastante improbable, las fotos de él acaban llegando a manos de un empresario del negocio del entretenimiento para adultos que de la noche a la mañana decide convertir a Manchester en un reputado artista. Lógicamente, el dinero y la fama empañarán la relación de los protagonistas y bla, bla, bla.

No es ya que la historia de brilliantlove, rodada en vídeo digital, no dé para un largo, es que ni siquiera debería haber pasado del argumento de un videoclip. Tres minutos de imágenes con fondo musical podrían contar exactamente lo mismo para lo que Ashley Horner necesita más de hora y media de metraje, incluidos varios amagos de final en los que parece que la película va a echar el cierre pero decide continuar otra secuencia más. En el breve coloquio posterior, Horner dijo haber trabajado en el guion de su filme durante tres años y contó al público presente las dificultades que tuvo para encontrar financiación para un trabajo que explora, según sus propias palabras, los límites con la pornografía y que está protagonizada por Liam Browne y Nancy Trotter Landry, dos intérpretes sin experiencia previa en el cine.


brilliantlove. Trailer.

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