sábado, 26 de noviembre de 2011

49 Festival Internacional de Cine de Gijón (Día 8)



Vol Spécial, de Fernand Melgar. Sección Oficial.
Terri, de Azazel Jacobs. Sección Oficial.
The Stoker, de Aleksey Balabanov. Rellumes.



Vol Spécial. Trailer.

El cine documental solía contar con una sección competitiva propia en el Festival de Gijón pero los ajustes en el presupuesto del certamen han obligado a eliminar del palmarés final la categoría de No Ficción. Vol Spécial, del director suizo de origen español Fernand Melgar, opta a premio en la Sección Oficial y cuenta las historias reales de diferentes inmigrantes recluidos en el Centro Frambois de Ginebra en espera de su deportación a sus respectivos países de nacimiento. Poco importa que en algunos casos lleven hasta 20 años de residencia en Suiza. Tras permanecer hasta un máximo de dos años en estos centros de detención, finalmente la mayoría son repatriados en los vuelos especiales a los que se refiere el título. Las vivencias cotidianas que explora la cámara de Melgar muestran las relaciones de los internos entre sí y también con el personal de la institución, quienes se limitan a cumplir los mandatos de la legislación del país de los relojes de cuco y paraíso fiscal por excelencia.


El estadounidense Azazel Jacobs dirige Terri, una película protagonizada por un adolescente obeso (Jacob Wysocki) que viste permanentemente en pijama, incluso para asistir al instituto, y que, con sus padres en paradero desconocido, vive con un tío anciano y enfermo. El filme sigue sus peculiares andanzas escolares y en especial su relación con el director del colegio, interpretado por el siempre excelente John C. Reilly, con el que se reúne semanalmente. Terri es una comedia marciana que se sigue en todo momento con interés pero que deja esa molesta sensación, tan habitual en el cine independiente americano, de no llegar a captar totalmente el sentido y finalidad de su osada y original propuesta.


La joven Olivia Crocicchia en una imagen de Terri

Aleksey Balabanov lleva camino de convertirse en una figura de referencia en Gijón. En 2007 presentó Cargo 200 en la Sección Oficial y se llevó con ella el premio de Mejor Director. Hace dos años el festival le dedicó una completa retrospectiva y el realizador ruso aprovechó el viaje a la costa asturiana para darse un baño de madrugada en la Playa de San Lorenzo, motivo por el que fue socorrido por la Policía. En la presente edición participa en la sección Rellumes con The stoker (El fogonero), otro de sus habituales excesos narrativos, aunque menos divertido y sorprendente que los anteriores. Un antiguo comandante del Ejército Rojo pasa sus días de retiro militar entregado a su actual trabajo como fogonero y a la escritura a máquina de un libro en el que lleva mucho tiempo trabajando. Por el fuego de su caldera van desapareciendo el carbón y los cadáveres que un militar mafioso de última generación trae regularmente. El fogonero hace la vista gorda hasta que en un determinado momento decide tomar cartas en el asunto. Al ritmo de una incesante y omnipresente musiquilla de tómbola, está claro que Balabanov no se toma nada en serio la historia. El problema es que tampoco consigue que sea demasiado divertida y/o irónica, por lo que al final el resultado se queda en desangelado y poco estimulante, aunque se agradece que no se estire más de la cuenta.


The Stoker. Trailer.

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