49 Festival Internacional de Cine de Gijón (Día 7)

Michael, de Markus Schleinzer. Sección Oficial.
Aquele querido mês de agosto, de Miguel Gomes. Géneros Mutantes.
Arrugas, de Ignacio Ferreras. Esbilla.
Un amour de jeunesse, de Mia Hansen-Løve. Sección Oficial.


Michael. Trailer.

Pese a que en el programa de mano del festival y en los carteles colocados a las puertas de las taquillas y de las salas se advierte de que, por respeto al resto de espectadores, no se permitirá la entrada una vez comenzada la proyección, lo cierto es que esto no se cumple ni siquiera en los pases de prensa. Durante la película austriaca Michael, dirigida por Markus Schleinzer, se produjo un molesto desfilar de personas, algo que se ha repetido ya en un bueno número de veces de lo que llevamos de certamen. Es una batalla perdida pero por insistir que no quede. En lo que se refiere al filme, incluido en la Sección Oficial a concurso, decir que se trata de la historia de un discreto oficinista que cuando llega a casa prodiga sus atenciones, incluidas las sexuales, a un niño de corta edad al que mantiene recluido en su bien protegido sotano. Inquietante y perturbadora, Michael no resulta plato de buen gusto. Muestra poca o ninguna compasión por su personaje protagonista, aunque tampoco explora en su psicología más allá de la aterradora superficie. Deudora del mejor cine de Haneke (que no en vano aparece mencionado en el capítulo de agradecimientos de los créditos finales del filme), la película de Schleinzer explota acertadamente el uso del fuera de campo y cuenta con una notable interpretación de Michael Fuith, claro candidato al premio de Mejor Actor si no fuera por lo macabro y poco edificante de su papel.


Se anunciaba como multipremiada en diferentes festivales pero yo ni siquiera sería capaz de decir de qué trata la increíblemente larga película Aquele querido mês de agosto, dirigida por Miguel Gomes en el año 2008. Por momentos parece el rodaje de un documental sobre los usos y costumbres de un pueblo perdido del Portugal profundo, en otros un musical hortera sobre las actuaciones de una orquesta verbenera y por último un triángulo sentimental entre miembros de una misma familia. El principal problema es que nada interesa de ninguno de los tres asuntos y cuando parece que sí puede interesar, ese interés dura poco y rápidamente se desvanece para volver a escuchar la enésima canción hortera o el enésimo diálogo absurdo. Parece que esa misma impresión tuvo la mayoría del público presente en los Cines Centro y en torno a la primera hora de metraje se inició un lento pero constante desfilar de personas hacia la puerta de salida que prácticamente se mantuvo invariable hasta el final del filme.


Fábio Oliveira y Sónia Bandeira protagonizan Aquele Querido Mês de Agosto

Arrugas, por contra, sí resulta plenamente reconocible y disfrutable desde el principio al final. Es la adaptación cinematográfica del popular y premiado cómic homónimo escrito y dibujado por el valenciano Paco Roca, que ha dirigido Ignacio Ferreras y producido Manuel Cristóbal, presente en la sala para presentar la película y demostrar de paso lo encantado que está de haberse conocido. La versión fílmica de Arrugas incluye algunos pequeños cambios respecto a su modelo original, seguramente para alcanzar una duración de largometraje estándar, pero que no alteran sustancialmente la base del cómic que sigue siendo, como es bien sabido, la historia de unos ancianos internados en una residencia con diferentes grados de Alzheimer. La calidad de la animación juega en una liga diferente respecto a la de los grandes estudios estadounidenses pero el material de partida es tan bueno que los resultados alcanzados son plenamente capaces de divertir y emocionar a partes iguales. La película ha pasado también por el Festival de San Sebastián y tiene anunciado su estreno para febrero de 2012


La directora francesa Mia Hansen-Løve repite presencia en el Festival de Gijón y lo hace concursando en la Sección Oficial con su filme Un amour de jeunesse, una historia de amor iniciática entre dos adolescentes que prolongan sus encuentros y desencuentros de forma bastante artificial durante una década, que se traducen en casi dos horas de metraje. Pese al cierto dominio de la cámara que demuestra su realizadora, la película es reiterativa y pesada y no consigue conmover de la forma en que sin duda pretende, alargando innecesariamente su conclusión. Parece querer seguir, sobre todo en su comienzo y su primera mitad, la senda del cine del fallecido Eric Rohmer (Mia Hansen-Løve reconoció en el coloquio posterior sus influencias de la nouvelle vague) pero los resultados están lejos de ser ni parecidos. Un cierto gusto en la composición de los planos no acaba de resultar suficiente para insuflar la vida necesaria a la película y aunque los jóvenes actores (Lola Créton y Sebastian Urzendowsky) están más que convincentes en sus interpretaciones, el resultado final no pasa de mediocre.




Un Amour De Jeunesse. Trailer.

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