sábado, 21 de noviembre de 2015

53 Festival Internacional de Cine de Gijón (Día 1)



La calle de la amargura, de Arturo Ripstein. Sección Oficial. Inauguración.

Después de la experiencia del año pasado, con un guion horrible en su concepción y terrible en su ejecución, alguien debió pensar que sería mejor darle a la gala inaugural de la nueva edición del Festival de Cine de Gijón un poco más de ritmo y menos encorsetamiento. Se ha conseguido pero sólo a medias. Si bien Carlos Areces se ha mostrado más brillante que sus inmediatas predecesoras en la tarea, lo que no era difícil, el interminable desfilar de vídeos y presentaciones ha acabado llevando la duración del evento hasta casi las dos horas. Como además se sumó el hecho de que entre gala y película, esta vez sí, hubo que desalojar el Teatro Jovellanos, la proyección de La calle de la amargura se inició ya pasadas las diez y media y tuvo además el factor añadido de una inesperada interrupción de casi diez minutos debido a problemas técnicos, momento que algunos espectadores aprovecharon felizmente para abandonar la sala y ahorrarnos al resto su cháchara no deseada.

Nacho Carballo entregando a José Sacristán el Premio Nacho Martínez

Arrancó el acto de presentación de esta 53ª edición con la presencia sobre el escenario de Nacho Carballo para hacer un poco de postureo (por lo obvio) a propósito de la condena del atentado de la semana pasada en París. Luego se dio paso a Nikki Hill, que interpretó dos temas como anticipo de su concierto posterior en la Sala Acapulco. Finalmente apareció sobre las tablas el maestro de ceremonias, el historietista, humorista y actor Carlos Areces, quien, con más brillantez cuando improvisaba que cuando se ceñía al texto, fue dando paso a los numerosos invitados y homenajeados por el certamen gijonés. Subió al Jovellanos Elena Anaya para presentar el Premio Mujer de Cine a Katrina Bayonas, que se emocionó al escuchar el videomensaje enviado por otro de sus representados, el actor Jordi Mollà.


Elena Anaya y Katrina Bayonas

Subió también al escenario el tailandés Apichatpong Weerasethakul (no, no nos libramos del chiste), que se mostró muy agradecido al festival por la retrospectiva que le dedica. Y subió, sobre todo, José Sacristán, que protagonizó seguramente el momento de la noche al recibir el Premio Nacho Martínez con un discurso eficaz y brillante. Como punto final de la gala, el Jurado Internacional, presidido este año por la actriz catalana Assumpta Serna, que ejerció también como portavoz y prometió pensar en el público al emitir su veredicto.


Assumpta Serna presidiendo el Jurado Internacional del FICX53

No sé si la elección de La calle de la amargura como película inaugural del FICX ha sido la más acertada teniendo en cuenta el perfil de espectador habitual en estas sesiones. Dirigida por el realizador mexicano Arturo Ripstein, que presentó la cinta al público gijonés, se trata de una historia de miseria económica y moral basada al parecer en un suceso real que su esposa y guionista habitual, Paz Alicia Garciadiego, leyó en la prensa local.


La calle de la amargura, de Arturo Ripstein

Rodada en un elegante y esteticista blanco y negro que contrasta con lo feísta de sus turbios ambientes y escenarios, La calle de la amargura tarda demasiado en coger brío y estira excesivamente la presentación de su argumento y sus personajes hasta un punto en que es difícil meterse en ella para cuando llegan sus mejores momentos. Quizá la historia no daba para un largometraje y los esfuerzos de guionista y director por completar los huecos no han sido suficientes. Compuesta como una acumulación de largos planos-secuencia de interés variable y protagonizada por su actriz habitual, Patricia Reyes Spíndola, que podría figurar en el palmarés final del certamen, La calle de la amargura no estará seguro entre mis favoritas.


La calle de la amargura, de Arturo Ripstein. Trailer.


Gala Inaugural [Completa]

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