jueves, 22 de noviembre de 2018

56 Festival Internacional de Cine de Gijón (Día 6)



The miseducation of Cameron Post, de Desiree Akhavan. Esbilla.
Cantares de una revolución, de Ramón Lluís Bande. Sección Oficial.
Les confins du monde, de Guillaume Nicloux. Sección Oficial.




Nos estamos acercando poco a poco al final del Festival Internacional de Cine de Gijón y hasta el momento se pueden contar con los dedos de una oreja las películas realmente memorables y de nuevo las más disfrutadas ha sido aquellas con una menor carga de supuesta profundidad y trascendencia, terrenos fértiles estos últimos para que brote en ellos la pedantería más inútil que desgraciadamente demasiadas veces se confunde con verdadero talento.

Desiree Akhavan dirige The miseducation of Cameron Post, primero de los títulos de la jornada. Akhavan era la protagonista y directora de Appropiate behavior, vista en Gijón 2014, lo que no está de más recordar cuando constantemente leemos y escuchamos estos días referencias a la pérdida y/o la recuperación de la esencia del festival. The miseducation of Cameron Post parece un remake en tiempo real de la francesa La prière, presentada en los primeros días en la Sección Oficial. En este caso tenemos como protagonista a una joven que es internada por su tía en un centro religioso para curarle su lesbianismo. La narración del filme es fluida pero el desarrollo incluye pocas o ninguna sorpresa, por lo que el resultado ni agrada ni molesta en exceso y se inscribe dentro de esa colección interminable de medianías que llevamos vistas. Chloë Grace Moretz da cierto lustre a un reparto en el que también figura John Gallagher Jr.


The miseducation of Cameron Post, de Desiree Akhavan. Trailer.

Con mucha expectación y lleno previsible del Teatro Jovellanos se ha recibido este miércoles Cantares de una revolución, propuesta local que forma parte de la Sección Oficial del FICX. Ramón Lluís Bande y Nacho Vegas, presentes ambos en la presentación y posterior encuentro con el público, han creado un documental musical centrado en la revolución de octubre del 34 pero los recursos fílmicos que hilvanan las canciones, basados en rótulos, eternos planos fijos y robóticas presencias humanas, están lejos de conmoverme. Además, las imágenes tienen un look cutrón, como de reportaje de la TPA, que tampoco es que eleve demasiado el nivel de la propuesta. Al menos la duración, poco más de una hora, no supone un problema añadido. Por supuesto, ha habido muchos aplausos al terminar la proyección pero como aquí se aplaude más o menos con igual intensidad una obra maestra que el subproducto más deleznable, uno nunca puede estar seguro del todo de la auténtica sinceridad de estas reacciones, más allá de los vínculos y afectos personales que puedan unir con los autores.


Cerramos el día sin salir del Jovellanos con la producción francesa Les confins du monde, un filme bélico ambientado en la Indochina de 1945. La película dirigida por Guillaume Nicloux, firmante también de El secuestro de Michel Houellebecq y que presentó la cinta acompañado del actor principal, Gaspard Ulliel, es bastante confusa en su narración, embarrando su mínima trama argumental con estridencias tanto sonoras (esos disparos de fusil que resuenan como explosiones de mortero) como visuales (con abundante profusión de desmembramientos de cabeza, tronco y extremidades, aunque casi siempre fuera de plano). Un inmenso (por gordo) Gérard Depardieu se asoma también a un título que aporta poco, siendo generosos, al género en que se inscribe, aunque se pueda reconocer la sólida interpretación de su protagonista.



Les confins du monde, de Guillaume Nicloux. Trailer.

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