domingo, 19 de noviembre de 2023

61º Festival Internacional de Cine de Gijón (Día 2)



Holly, de Fien Troch. Albar.
Robot dreams, de Pablo Berger. Esbilla.
Shoshana, de Michael Winterbottom. Pase Especial.
El último verano, de Catherine Breillat. Albar.


Holly, de Fien Troch. Trailer.

Con una climatología bastante más propia del verano que del otoño iniciamos camino hacia la Antigua Escuela de Comercio para la primera de las proyecciones de esta apretada segunda jornada del Festival Internacional de Cine de Gijón. Holly, el quinto largometraje de la para mí hasta ahora desconocida realizadora belga Fien Troch, compite en la Sección Albar después de su paso por Venecia. La película, que empieza pareciendo un drama centrado en el bullying escolar, parece cambiar varias veces de sentido pero en todos ellos muestra siempre la misma desapasionada atonalidad, lo que a estas horas tan tempranas puede resultar especialmente peligroso. El verdadero alivio llega cuando suena la versión del The power of love, el clásico de Frankie Goes To Hollywood, que pone fin al sufrimiento y es lo único recordable del conjunto junto con el trabajo interpretativo de su joven protagonista, la debutante Cathalina Geeraerts.


El bilbaíno Pablo Berger, desde el reconocimiento alcanzado hace más de una década con su brillante Blancanieves no había dado demasiadas señales de vida. Con Robot dreams se pasa al campo de la animación adaptando la novela gráfica del mismo título de la estadounidense Sara Varon. Robot dreams es un triunfo en toda regla, una historia entrañable ambientada en un Nueva York retro donde un perro antropomórfico cree encontrar la solución a su soledad con la compra de un robot articulado. Sin ningún diálogo, como también ocurría en Blancanieves, solo con el uso de la música y la enorme capacidad expresiva de sus dibujos, el filme crece con cada nueva secuencia y su desbordante inventiva parece no tener fin. Una auténtica delicia, aunque los continuos llantos del público infantil que se oían durante este único pase matinal en el Teatro Jovellanos no sé si son buenos augurios para su inminente carrera comercial.


Robot dreams, de Pablo Berger. Trailer.

Michael Winterbottom comenzó su carrera cinematográfica a mediados de la década de los noventa. Cambiando frecuentemente de registro, este prolífico realizador británico fue dando muestras de gran versatilidad y también de una lógica irregularidad, alternando títulos brillantes con otros bastante menos afortunados. Es curioso que en aquella primera época de enorme creativad no pasara nunca por el FICX. Ahora que su mejor momento parece haber quedado definitivamente atrás, el autor de Wonderland o 24 hours party people ha estado en Gijón para presentar el que es su último trabajo hasta la fecha, Shoshana.


Shoshana, de Michael Winterbottom. Trailer.

Basado en hechos reales, el filme se ambienta en la Palestina ocupada por el Reino Unido en los meses inmediatamente anteriores al comienzo de la Segunda Guerra Mundial y mezcla el conflicto político con la complicada historia de amor entre un oficial de policía británico y la hija del cofundador del movimiento laborista sionista, Dov Ber Borochov. Con un ritmo apresurado y una progresivamente irritante acumulación de escenas, Shoshana camina hacia su previsible desenlace sin merecer demasiados reproches pero tampoco grandes alabanzas.

Winterbottom, que presentó brevemente la cinta antes de su pase en el Teatro Jovellanos, participó en el posterior encuentro con el público, que se centró más en la actual situación del eterno conflicto palestino-israelí que en la propia película. Con una cierta y no muy disimulada irritación, el realizador inglés puso él mismo el punto final al evento cuando le vino en gana.


La cineasta francesa Catherine Breillat sufrió en el año 2004 un derrame cerebral que le dejó fuertes secuelas de movilidad en el lazo izquierdo de su cuerpo. En su silla de ruedas y acompañada por Léa Drucker, la actriz protagonista de su película, llegó al Teatro Jovellanos para presentar El último verano, con la que participa a concurso en la Sección Albar de esta edición del FICX. El último verano es un remake (aunque ella prefiere llamarlo reinterpetación) del filme danés Reina de corazones, que mostraba la relación de naturaleza sexual entre una mujer casada y el hijo adolescente que su actual marido tuvo con su primera esposa.

No conservo todos los detalles de Reina de corazones pero no la recuerdo en absoluto como una película que moralizara con aquello que mostraba. Breillat hace alarde precisamente de no hacer un cine moralizante pero al mismo tiempo busca redimir a su protagonista haciendo que la relación con su hijastro tenga tintes más amorosos que sexuales (que también) y que el actor que interpreta el papel del hijo tenga unos rasgos más aniñados que en el filme danés. Por lo demás, ambos títulos se parecen mucho visualmente, aunque conociendo de antemano el argumento la versión francesa resulta mucho menos impactante. Finalizada la proyección, y dando por del todo imposible la llegada al pase en los Cines Yelmo de Lost soulz, me quedé al encuentro con directora y actriz pero entre lo apretado de los horarios, el retraso acumulado de la proyección anterior y los desesperantes balbuceos de la presentadora-traductora, quienes deberían haber sido las protagonistas del acto casi no pudieron hablar y se quedaron reducidas a meras comparsas. Tampoco nadie del público pudo hacer preguntas, y aunque generalmente eso sería una buena noticia, tras una película como ésta podría haber tenido su aquel.


El último verano, de Catherine Breillat. Trailer.

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