63º Festival Internacional de Cine de Gijón (Día 8)

Así chegou a noite, de Ángel Santos. Albar.
Nouvelle vague, de Richard Linklater. Esbilla.
La terra negra, de Alberto Morais. Pases Especiales.
La furia, de Gemma Blasco. Pases Especiales.


Así chegou a noite, de Ángel Santos. Trailer.

Nos acercamos ya al final de esta 63ª edición del Festival Internacional de Cine de Gijón y toca una última visita matinal a la Antigua Escuela de Comercio. En este caso se trata del filme Así chegou a noite, primer largometraje del realizador gallego Ángel Santos en una década.

Ángel Santos presentó allá por 2014 una pelícuta titulada Las altas presiones, que descubrí un poco por casualidad casi un lustro después de su estreno y que me dejó una gran impresión. Con Así chegou a noite, Santos reduce al mínimo los elementos cinematográficos para contar durante poco más de dos horas una historia de soledades y desamparo existencial apoyándose solo en tres intérpretes. Durante el primer tramo del filme la cámara sigue a Pablo, un escultor que deambula como alma en pena por los escenarios naturales en los que transcurre la acción, teniendo solo contacto con el vigilante de un camping de la zona. Cuando aparezca en escena una antigua amante, la cinta dará un giro narrativo en una especie de juego de espejos de lo más coherente que solo chirría cuando los personajes se embarcan en largos e innecesarios soliloquios que poco aportan al discurso que se nos quiere contar. Con una puesta en escena sosegada y elegante, Así chegou a noite confirma lo que Las altas presiones ya anticipaba y deseamos que no tengan que pasar otros diez años para el siguiente trabajo de su autor, que ofreció una larga rueda de prensa después de la proyección, acompañado por el productor (Alfonso Zarauza), el coguionista (Pablo García Canga) y el actor principal (Denis Gómez).


En la primera sesión vespertina asistimos por última vez en esta edición del #63FICX a un casi lleno Teatro Jovellanos para la proyección de la esperada Nouvelle vague, último trabajo del cineasta estadounidense Richard Linklater. La cinta, fotografiada en blanco y negro, ofrece un recorrido por los numerosos avatares creativos del primer filme dirigido por Jean-Luc Godard, Al final de la escapada, y lo hace adoptando un tono que oscila entre el homenaje cinéfilo y la comedieta chusca con el que no puedo conectar en ningún momento. Supongo que el nulo aprecio que tengo por la reverenciada figura del insufrible cineasta franco-suizo no contribuye al disfrute y los chascarillos pretendidamente graciosos que jalonan el metraje solo consiguen irritarme profundamente. Más allá del logrado parecido entre los intérpretes y los personajes reales a los que encarnan, poco más me parece rescatable de un trabajo producido por Netflix y que llegará a las salas comerciales españolas el próximo mes de enero.


Nouvelle vague, de Richard Linklater. Trailer.

Cerramos la jornada con los Pases Especiales de sendas producciones españolas que han contado con un largo recorrido festivalero e incluso estrenos fantasmas en salas comerciales. El primero de ellos es La terra negra, dirigido por el pucelano Alberto Morais y protagonizado por Sergi López, Laia Marull y Andrés Gertrúdix, presentes los cuatro en la sala 5 de los Ocine para presentar la película y participar en un encuentro posterior con el público gijones.


La terra negra, de Alberto Morais. Trailer.

La terra negra es indudablemente un western, aunque su director rechace la etiqueta, y cuenta una mínima pero canónica trama del género (un misterioso forastero llega a un pueblo perdido de la España rural en busca de trabajo y su llegada despierta los recelos de los habitantes) que se pretende inquietante y claustrofóbica. Cuenta para ello con una robótica actuación de sus intérpretes, con muchos planos en los que miran fija y directamente a la cámara, pero parece confiar demasiado en su esquemático argumento, por más que lo aderece con simbolismos (además de alguna secuencia gratuita) para mantener la intriga y la atención del espectador.


Algo similar ocurre con La furia, de la barcelonesa Gemma Blasco, proyectada a continuación en la misma sala de los Ocine. En los primeros minutos, una chica joven (Ángela Cervantes) sufre una violación durante una fiesta de fin de año que tiene lugar en el piso de uno de los integrantes de su grupo de amigos. Ni ella ni el espectador consiguen ver la cara del agresor y lo que sigue luego (además de un breve flashback) es la recreación de los efectos psicológicos que el suceso provoca tanto en la agredida como en su hermano (Àlex Monner). Con el clásico síndrome de "corto alargado" sobrevolando continuamente la narración, ésta se complementa con los ensayos de la obra teatral (la Medea de Eurípides, que no es una elección casual) para la que han seleccionado a la protagonista y nos toca esperar hasta la conclusión para llegar a la previsible catarsis, pero que es tan anticlimática como todo lo precedente.


La furia, de Gemma Blasco. Trailer.

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