La prolífica carrera cinematográfica del británico Michael Winterbottom está repleta de cambios de estilos y temáticas y desde hace ya algún tiempo viene realizando casi una película por año con desiguales resultados pero siempre con la intención de innovar, provocar y sorprender a su público. Con 9 Songs consigue las tres cosas a la vez pero, desgraciadamente, lo que no consigue es hacer una buena película.
El hecho de rodar muchas películas, como el de componer muchas canciones, no tiene demasiado sentido si ni las películas ni las canciones son buenas. Michael Winterbottom rueda mucho y, entre tanta incontinencia fílmica, ha logrado hacer un puñado de buenos trabajos pero 9 Songs está muy lejos de formar parte de ellos. Winterbottom, que aquí también firma el guión, no se complica mucho. En poco más de una hora resuelve una historia que mezcla casi a partes iguales sexo y música, música y sexo. Y de ambos muestra su lado más directo: actuaciones en vivo de un puñado de grupos de lo más selecto del brit-pop actual y escenas hardcore más propias de ese cine del que es estrella Nacho Vidal.
Pero fuera de eso, no busquen porque no hay más. Algún plano de exteriores bonito mientras suena el piano de Michael Nyman y una voz en off que trata de dar forma a la historia y que enlaza las sucesivas apariciones de Black Rebel Motorcycle Club, The Von Bondies, Elbow, Primal Scream, The Dandy Warhols, Super Furry Animals y Franz Ferdinand.
Desde el estreno comercial de 9 Songs han pasado menos de dos años y en ese periodo de tiempo Winterbottom ha estrenado dos títulos más y tiene otros dos en proyecto. Su ritmo creador sigue por todo lo alto en cuanto a cantidad. Sería deseable que mantuviese un nivel de calidad similar. O cuando menos superior a estas 9 Songs.
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