jueves, 30 de noviembre de 2006

44 Festival Internacional de Cine de Gijón - Día 7

Sección Oficial Fuera De Concurso. Day Night Day Night, de Julia Loktev Bruno Dumont. Flandres, de Bruno Dumont Los días pasan y el interés de los filmes decrece. Supongo que se trata de una simple casualidad o de mala suerte o de que las elecciones no están resultando nada afortunadas. En la jornada de hoy hemos visto Day Night Day Night, película estadounidense de la directora Julia Loktev, que prometía bastante de antemano y también hemos estado en el Encuentro con el Público de Bruno Dumont, con motivo del pase de su último trabajo, Flandres, galardonado con el Gran Premio del Jurado en el último Festival de Cannes.  Una imagen de Day Night Day Night, de Julia Loktev Day Night Day Night muestra los movimientos de un chica joven durante el día en que parece que se autoinmolará en el centro de Times Square portando una mochila cargada de explosivos. Rodada casi en tiempo real, con parquedad de diálogos y sin ninguna explicación anterior o posterior sobre sus motiviaciones, el filme de Julia Loktev pone a prueba una vez más la resistencia del espectador, castigado a asistir a momentos tan brillantes como dos limpiezas de dientes casi consecutivas de la protagonista, cortes de uñas de pies y manos o pases de modelos con las ropas elegidas para la ocasión por los jefes del comando terrorista. Cuando la película abandona sus escenarios interiores pretendidamente claustrofóbicos y se traslada finalmente a la calle, las cosas, lejos de mejorar, empeoran aún más si cabe. El ritmo cansino inicial se torna en directamente insoportable y el guión nos conduce a un anticlímax tan absurdo como enervante. Pero no contenta con finalizar ahí su película, Loktev prosigue dando palos de ciego y extendiendo la duración de su película un buen rato más sin que en ningún momento demuestre que haya razones para ello. Inexplicablemente, Day Night Day Night recibió el premio Mirada Joven en la Quincena de Realizadores de Cannes. Samuel Boidin y Adélaïde Leroux en Flandres Bruno Dumont es un cineasta francés con una aún corta filmografía compuesta por cuatro títulos que hasta el momento no han contado con distribución en España. El más reciente de todos ellos, Flandres, se proyectó ayer noche en los Cines Centro con motivo del Encuentro con el Público del realizador galo. Dumont, un tipo que demostró ser bastante estúpido y pedante, hace un cine que parece coherente con su personalidad. Otra cosa es que tenga algún interés. Flandres cuenta la relación de una chica con dos de sus pretendientes en un ambiente rural que más tarde se trasladan a un conflicto bélico que bien podría ser Irak. Durante la primera parte de la película, Dumont necesita casi media hora para contar un incidente menor. Anima el asunto durante el tramo militar de su filme con un sensacionalismo efectista y retoma el entorno campestre allí donde lo había dejado para hacer una mínima evolución en su personaje protagonista, que logra decir que la quiere a su chica. Al mismo tiempo, Dumont también cuela un desequilibrio emocional en ella, que ya se sabe que estas cosas dan siempre mucho juego y permiten salidas de madre sin mayor justificación. En el coloquio posterior, que se vio precedido por una deserción masiva de los espectadores que casi habían llenado la sala, Bruno Dumont aclaró que no rueda con actores profesionales, su preferencia por los escenarios rurales y en general se mostró muy encantado de haberse conocido y perdonó en alguna ocasion la vida de aquellos mortales incapaces de ver las excelencias de su cine y su trascendental contribución al bien común.

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