Sección Oficial. Help Me Eros, de Lee Kang-sheng
Sección Oficial. Grace Is Gone, de James C. Strouse
La quinta jornada del Festival Internacional de Cine de Gijón ofrecía como principal punto de interés dos títulos de la Sección Oficial a concurso. No siempre este interés inicial suele llevar aparejado unas películas que finalmente lo justifiquen, aunque en esta ocasión las expectativas se cumplieron al cincuenta por ciento. Si bien la taiwanesa Help Me Eros resultó un filme irregular, a ratos feísta, a ratos preciosista pero casi siempre aburrido, la norteamericana Grace Is Gone supuso toda una revelación y resultó uno de los mejores trabajos vistos en lo que va de certamen, aunque las experiencias del pasado predicen que probablemente no estará en el palmarés final del sábado.
Lee Kang-sheng es un actor habitual de las películas de Tsai Ming-liang, a quien Gijón dedicó una completa retrospectiva hace pocos años. La segunda realización de Kang-sheng, recientemente seleccionada para el Festival de Venecia, parece guardar algunos puntos en común con el cine de su maestro y abunda en ese estilo marcado por la escasez de diálogos y las secuencias pausadas y contemplativas. Cuenta la desconcertante caída a los infiernos de un antiguo ejecutivo tras lo que parece la pérdida de su trabajo y el abandono de su pareja. Y parece porque la película, pese a su premiosidad, es notablemente confusa y en ocasiones dispersa en su articulación, incluyendo su ambiguo plano final.
Kang-sheng filma con cierta brillantez los opresivos escenarios urbanos en que se ambienta la acción y su película, de morboso erotismo, cobra fuerza en varias ocasiones, aunque casi siempre acaba desperdiciando sus mejores momentos por culpa de sus numerosos tiempos muertos carentes de sentido y que poco aportan en ciertas alturas de la película. Por todo ello, el resultado final es notablemente decepcionante aunque la predilección por lo exótico que muestran los integrantes de los jurados aconseja no descartarla a la hora del reparto de premios.
John Cusack protagoniza Grace Is Gone
Grace Is Gone, del novel realizador James C. Strouse, es un espléndido trabajo que indaga brillantemente en los sentimientos de pérdida y desolación. Tras recibir la noticia del fallecimiento de su esposa, soldado en Iraq, el personaje interpretado por un gran John Cusack, incapaz de comunicárselo a sus dos hijas pequeñas, emprende con ellas un improvisado viaje hacia un parque temático en Florida al tiempo que él mismo intenta asimilar la situación. Durante el camino, con el breve paréntesis en el hogar materno y el encuentro con su díscolo hermano menor, apenas nada ni nadie interfiere con el trío protagonista.
James C. Strouse, también firmante del guión, se basta y sobra con sólo esos tres personajes para construir el poderoso entramado narrativo del filme. Cuenta para ello con el excepcional trabajo interpretativo no sólo del mencionado John Cusack sino también de las dos niñas, las debutantes Shélan O'Keefe y Gracie Bednarczyk y también de la soberbia partitura compuesta para la ocasión por el gran Clint Eastwood. Quizá alguien pueda injustamente acusar a Grace Is Gone de falta de un mayor compromiso político, apenas esbozado en un par de momentos del metraje, pero la película elige acertadamente no explorar el camino fácil. Grace Is Gone no ofrece sermones ni conclusiones irrefutables, tan sólo muestra a unos seres humanos que han sufrido una pérdida irreparable y que se sobreponen a ella. Nada más y nada menos.
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