domingo, 23 de noviembre de 2008
46 Festival Internacional de Cine de Gijón (Día 3)
Adoration, de Atom Egoyan. Esbilla.
Three Monkeys, de Nuri Bilge Ceylan. Sección Oficial.
La Mujer Rubia. Lucrecia Martel.
Atom Egoyan
La presencia en Gijón del director canadiense de origen armenio, aunque nacido en El Cairo, Atom Egoyan marcaba el punto de mayor interés de esta nueva jornada de festival y probablemente del festival entero. El firmante de títulos como El Viaje De Felicia o El Dulce Porvenir presentaba ahora Adoration, recientemente vista en la Seminci, y lo hacía acompañado de su músico habitual, Mychael Danna, en un encuentro con el público celebrado en el Teatro Jovellanos para el que se agotaron rápidamente todas las localidades, dispuestas de forma gratuita por los organizadores del certamen.
Adoration. Trailer.
Adoration mantiene las constantes habituales del cine de Egoyan. Se trata de una película construida a base de capas superpuestas que terminan formando un todo homogéneo a propósito de la historia de un joven que reconstruye en clave ficticia el fallecimiento de sus padres a los que casi no pudo conocer. Con la colaboración de su implicada profesora, extiende como real a través de la red su historia de ficción, haciendo que las vidas de aquellos que lo rodean acaben sufriendo una importante secudida. Permanentemente acompañada por la música intimista de Danna, Adoration no alcanza a situarse a la altura de los títulos más brillantes de su realizador pero supone un trabajo más que estimable.
Three Monkeys, de Nuri Bilge Ceylan
Dentro de la Sección Oficial a concurso pudimos asistir a la proyección de la película turca Three Monkeys (Üç maymun), de Nuri Bilge Ceylan, que venía precedida de sus galardones (Mejor Director) en el pasado Festival de Cannes, galardones éstos que resultan sorprendentes por cuanto se trata de una historia previsible, premiosa, realizada con un discutible gusto estético en el tratamiento del color y que acaba resultando desesperante. Para contar un argumento mínimo, la película de Bilge Ceylan necesita extenderse casi hasta las dos horas y no es capaz en todo su metraje de hallar un mínimo espacio para la sorpresa, de forma que martiriza a base de planos interminables, generalmente primerísimos, la paciencia del espectador.
La Mujer Rubia. Trailer.
Pero el espectador masoquista que no hubiera quedado suficientemente satisfecho con la película turca podía doblar experiencia con La Mujer Rubia, último trabajo de la directora argentina Lucrecia Martel, proyectada justo a continuación del filme anterior. Martel, de nuevo presente en la sala para presentar su obra y participar en un posterior encuentro con el público, repite multiplicadas por diez sus peores señas de identidad demostradas en La Niña Santa y firma un producto delirante que, como se recordó después, fue abucheado tras su pase en el Festival de Cannes. La Mujer Rubia, que cuenta de nuevo con la producción de los hermanos Almodóvar, apenas llega a la hora y media de duración pero tan corto metraje le basta y sobra para dejar constancia de sus desafortunados resultados.
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