Putty Hill, de Matthew Porterfield. Rellumes.
Ferien, de Thomas Arslan. Una cierta idea de cine. La Escuela de Berlín.
Grown up movie star, de Adriana Maggs. Rellumes.
Putty Hill. Trailer.
La sección competitiva Rellumes, cuyo premio se otorga en base a las puntuaciones del público asistente a las proyecciones, ofrecía en la jornada de ayer dos nuevos títulos a concurso. El primero de ellos, la estadounidense Putty Hill, dirigida por Matthew Porterfield, supuso una notable decepción. Rodada en vídeo digital y con un estilo semidocumental que por momentos puede recordar al cine de Larry Clark, se trata de un personal acercamiento a una serie de personajes más o menos marginales que tienen en común ser familiares o amigos de un joven recientemente fallecido por sobredosis. Si bien el punto de partida puede parecer prometedor, la puesta en imágenes de Porterfield resulta cansina y arrítimica, sin conseguir en ningún momento de su -afortunadamente corto- metraje definir los objetivos reales de su propuesta. Plagada de secuencias innecesarias o directamente incomprensibles, Putty Hill cuenta con el protagonismo de las jóvenes actrices Sky Ferreira y Zoe Vance y se cierra de una forma tan críptica y hermética como el resto de su contenido anterior.
Se anunciaba la presencia de Thomas Arslan en Gijón para mantener un encuentro con el público a propósito del pase en los Cines Centro de su penúltimo filme, Ferien. Sin embargo éste no se llegó a producir finalmente por una repentina indisposición del realizador alemán. Su película, enmarcada en el ciclo Una cierta idea de cine. La Escuela de Berlín, repite de nuevo las constantes habituales vistas en los títulos precedentes y cuenta, en este caso, una historia de secretos y mentiras entre los diferentes miembros de una familia que se reúne por vacaciones en el idílico entorno en que se ubica la casa materna. Los diferentes conflictos latentes entre todos los personajes de la historia se van desvelando al ritmo pausado del relato y terminan desembocando en una resolución alejada de estridencias. Protagoniza por unos estupendos Angela Winkler, Karoline Eichhorn, Uwe Bohm y Anja Schneider, dentro de un reparto coral, Ferien pasa por ser uno de los títulos imprescindibles de esta corriente fílmica a la que el festival rinde homenaje y Arslan uno de sus directores más destacados.
Karoline Eichhorn y Uwe Bohm en una imagen de Ferien
Ferien. Trailer.
Con argumento y temática quizás más propios de la sección Enfants Terribles que de la propia Rellumes, la producción canadiense Grown up movie star, de la escritora y directora Adriana Maggs, ha significado una notable mejoría sobre el nivel medio de los títulos vistos en los últimos días de certamen. Centrada en el despertar sexual de una adolescente en medio de una una familia desestructurada, pero abarcando a lo largo de su guion una amplia galería de personajes heterogéneos, la película se las arregla para tratar un conjunto de temas poco complacientes de una forma cercana y asequible para el gran público.
Cuando su madre parte a buscar fortuna como actriz a California, Ruby (Tatiana Maslany, Premio Especial en Sundance) y su hermana pequeña, Rose (Julia Kennedy), se quedan al cuidado de su padre, Ray (Shawn Doyle), un jugador de hockey retirado que en tiempos pretéritos llegó a militar en la NHL. Ruby también quiere ser una estrella y su falso tío Stuart (Jonny Harris), en silla de ruedas por un misterioso accidente de caza, está dispuesto a ayudarla con su cámara fotográfica. Una serie de equívocos y malentendidos terminarán por desencadenar los acontecimientos en un filme que, a diferencia de unos cuantos vistos en lo que llevamos de festival, muestra una adecuada progresión narrativa en su desarrollo, algo que lo convierte en un claro favorito para el premio de votación popular.
Grown Up Movie Star. Trailer.
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