Tey, de Alain Gomis. Esbilla.
No Quiero Dormir Sola, de Natalia Beristáin. Rellumes.
The Sessions, de Ben Lewin. Esbilla.
La Sección Oficial competitiva no ofrecía títulos especialmente destacables en esta primera (y pasada por agua) jornada completa de certamen. Sin embargo, las secciones paralelas Esbilla y Rellumes proyectaban hoy algunas películas de reciente y exitoso paso por otros festivales como Venecia o San Sebastián.
Aujourd'hui (Tey) es una producción franco-senegalesa. Este dato seguramente animaría a los espectadores más sensatos a salir corriendo. Por desgracia no fue mi caso y en su lugar hube de padecer casi hora y media de paseos contemplativos por diversos escenarios de un hombre (interpretado por el actor estadounidense Saul Williams) durante el que se supone que será su último día de vida ya que Dios lo ha llamado para quedar a la mañana siguiente. Es un arranque cuando menos delirante y todo lo que viene a continuación no hace sino que confirmarlo. Rodada en un molesto vídeo digital, con pocos diálogos y demasiados silencios, la película de Alain Gomis languidece hasta hacerse interminable a pesar de su corto metraje.
Mucho ritmo tampoco es que tenga la mexicana No quiero dormir sola, ópera prima de la realizadora Natalia Beristáin y que concursa en Gijón en la sección Rellumes después de haber conseguido hace apenas una semana el Premio al Mejor Largometraje Mexicano del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM). La película muestra la relación que se establece entre dos mujeres, nieta y abuela, cuando la primera de ellas, solitaria y promiscua, se ve obligada a cuidar de la segunda, anciana, alcohólica y senil. No quiero dormir sola también está rodada en vídeo digital y también está repleta de tiempos muertos pero al menos consigue ciertos momentos aislados de empatía con el espectador y se apoya en el notable trabajo interpretativo de sus dos actrices protagonistas, la más joven Mariana Gajá y la veterana Adriana Roel. Reflexión algo pueril y tópica sobre la soledad, el paso del tiempo y sus consecuencias, con unos personajes a los que les cuesta bastante deshacerse de su condición de estereotipos, la cinta mexicana no pasa de los límites de la simple corrección. Había anunciado en el programa un encuentro con el público que finalmente no se celebró, sin que tampoco se ofreciera ninguna explicación al respecto. Carballo, que parecía haber descubierto los encuentros con el público diez minutos antes de que le regalaran el puesto en el mes de enero, no debería estar muy satisfecho con ello.
No Quiero Dormir Sola. Trailer.
Sí compareció el nuevo director del festival, acompañado por una representante de Fox, para presentar la película norteamericana The sessions. Premiada en Sundance y por el público en el último San Sebastián, Carballo mostró su satisfacción por haber logrado traer a Gijón uno de sus títulos más apetecidos. Lo cierto es que The sessions ofrece una hora y media entretenida pero tampoco resulta especialmente memorable. Basada en una historia real, cinco palabras tras las que han brotado auténticos engendros, el filme dirigido por Ben Lewin cuenta la particular iniciación sexual de un hombre que sufre una parálisis casi general debida a la polio y que ha vivido desde los seis años atado a un pulmón de hierro del que sólo puede separarse un máximo de cuatro horas seguidas.
Cine de buenos sentimientos, donde todos los personajes están dibujados de forma edificante y positiva ante las dificultades de la vida, The sessions bucea en todos los tópicos y trampas imaginables para contentar al más amplio abanico de público, aunque en un principio pueda resultar un contrasentido hacer una película comercial sobre un tema tan poco complaciente. John Hawkes se aleja aquí de sus habituales personajes malvados y oscuros para interpretar a Mark O'Brien, un papel que parece concebido para optar al Oscar. Helen Hunt hace de su terapeuta sexual y a sus casi cincuenta años protagoniza varios desnudos integrales del todo inhabituales en actrices de su fama (y su edad).
The Sessions. Trailer.
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