
Once upon a time in Gaza, de Arab Nasser y Tarzan Nasser. Generación Mutante.
Omaha, de Cole Webley. Albar.
Christy, de Brendan Canty. Enfants Terribles.
Once upon a time in Gaza, de Arab Nasser y Tarzan Nasser. Trailer.
El segundo día del Festival Internacional de Cine de Gijón arranca con climatología favorable y con la tradicional caminata matinal hasta el Teatro Jovellanos. La película de la mañana del primer sábado suele ser uno de los mejores momentos del FICX y la opción elegida para esta edición parecía bastante obvia de entre las posibilidades que ofrecía la programación.
Hablamos de la coproducción Once upon a time in Gaza, dirigida por los hermanos gemelos Arab y Tarzan Nasser. El programa de mano destacaba que el filme "hace gala de un humor negro y de una libertad narrativa que le ha valido comparaciones con el cine de Tarantino", pero pronto queda claro que esta afirmación no tiene fundamento. Once upon a time in Gaza es una historia de venganza simplona y rutinaria. Con su trasnochada realización, su cutrerío conceptual y narrativo, sus chistes extemporáneos, su guion de todo a cien y sus flashbacks de parvulario, resulta inconcebible que semejante despropósito recibiera el Premio de Dirección de la sección Un certain regard del Festival de Cannes. Sus creadores intentan aumentar el interés aplicando un estruendoso chunda-chunda musical en ciertos momentos, no sé si para paliar las carencias argumentales o para desquiciar aún más a los sufridos espectadores. Mira que la actualidad palestina ofrece, por desgracia, miles de historias que contar, pero estos dos botarates han elegido la peor de entre todas las posibles.
Previamente se proyectó el cortometraje Eraserhead in a knitted shopping bag, que al igual que Once upon a time in Gaza también forma parte de la sección Generación Mutante del FICX. No queda claro qué pretendía contar exactamente su directora, la debutante Lili Koss, con este curioso artefacto, pero al menos mantiene el interés durante sus casi 20 minutos de duración, en los que la niña protagonista intenta conseguir la película de David Lynch que le da título.
![]() | ![]() | ![]() |
En las antípodas de la anterior se sitúa la estadounidense Omaha, el primer largometraje de Cole Webley, que conoció su estreno a comienzos de año en el Festival de Sundance, otrora gran nutridor de la programación del FICX y hoy en día desplazado en favor de otros festivales, como el puto Locarno. Omaha, en su retrato de padre con hija (y aquí también con hijo) puede recordar a la celebrada Aftersun de Charlotte Wells, aunque en este caso la acción se vertebra en el clásico formato de road-movie. Ajustada y concisa en su metraje, se le pueden reprochar algunos defectos bastante obvios, como la tan habitual tendencia al subrayado musical en los momentos de más intensidad dramática, recurso fácil del que la cinta abusa demasiado, pero las interpretaciones de su terceto protagonista (John Magaro, Molly Belle Wright y Wyatt Solis) acaban resultando tan auténticas y conmovedoras que se le puede perdonar casi todo. Webley presentó la película en el Jovellanos y, además de expresarse en un esforzado y comprensible castellano al responder al público, demostró la misma calidez y humanidad que su filme.
Omaha, de Cole Webley. Trailer.
Lo apretado de los horarios obliga a descartar la segunda sesión de la tarde para poder asistir al pase en los Cines Yelmo de Christy, película irlandesa de la sección Enfants Terribles. Fue un error. Enésimo drama sobre la marginalidad en los suburbios, con la misma estética feísta y cochambrosa a la que nos tiene acostumbrados el cine social británico al que intenta parecerse, Christy está protagonizada por un chico de 17 años que aparenta 47, lo que hace todo un poco más ridículo. La mínima historia que cuenta se alarga hasta el infinito y más allá (el director Brendan Canty parece que se basa en su propio corto homónimo del año 2019), tirando de toda la artillería de tópicos posibles e intenta buscar una suerte de rendención moral para su personaje protagonista a través de su trabajo como peluquero, que era ya lo que nos faltaba. No llega a los niveles de miseria narrativa de Once upon a time in Gaza, pero casi.
Antes de este filme se proyectó el cortometraje El sevillano, de Pol Verdugo y Pere Rivases. Apenas 5 minutos en los que su protagonista relata su historia de inmigración de Andalucía a Cataluña hace 60 años a bordo del tren del título.
Christy, de Brendan Canty. Trailer.
Festival Internacional de Cine de Gijón [Facebook]




0 comentarios:
Publicar un comentario